La humanidad se encuentra en tal período de la historia que revela que nuestro desarrollo fue erróneo. Dictado por fuerzas egoístas malvadas, acompañado de guerras, conflictos, problemas y temores. Eventualmente necesitamos unirnos a la fuerza del bien.
No tenemos idea de cuán diferente es esa vida de nuestra existencia. Esta es toda la esencia de la sabiduría de la Cabalá; habla sobre la conexión de las fuerzas de la naturaleza, cómo revelarlas, acercarlas a nosotros, acercarnos entre nosotros a través de ellas y comenzar a ensamblar el sistema tal como existía antes de la ruptura del sistema del alma común. Adam HaRishon.
En este sistema, todos estábamos conectados y entendíamos como si pertenecieramos a un cuerpo, mente, deseo e intención común como un todo único. Así es como existen los órganos en un cuerpo sano, cada órgano sabe lo que debe hacer para mantener la vida de todos los demás órganos.
Los cabalistas nos aconsejan trabajar en grupo para sentir gradualmente el apoyo mutuo que nos lleva a descubrir el sistema de Adam, similar ( Domeh ) al Creador, la fuerza de otorgamiento. Nos sentiremos juntos como una fuerza; en mente, sentimiento de amor y unidad.
Para ello organizamos grupos cabalísticos para aprender a existir según las leyes de conexión y pasar al segundo grado de la realidad.
Entonces revelaremos el universo en su forma verdadera y descubriremos que es mucho más amplio y más interconectado de lo que pensábamos. Llegaremos a conocer las fuerzas de la naturaleza al ver cómo impregnan este mundo de punta a punta. Significa alcanzar al Creador, la fuerza superior, elevándonos a su nivel.
