Recibí una pregunta: Se están llevando a cabo cambios en la Casa Blanca, un nuevo presidente ha accedido al poder y ha aumentado la presión a Israel. Esto puede conducir al agravamiento en las opiniones conflictivas de nuestra nación. ¿Probablemente deberíamos concentrar nuestros pensamientos en este asunto en particular?
Mi respuesta: La política es instable y no es lineal; las expectativas que tiene la gente de las figuras públicas rara vez concuerdan con los planes de los políticos; más bien se concentran en metas específicas. Es un asunto complicado, que no debemos intentar dilucidar.
Sin embargo, es indispensable comprender que, en la medida que la nación de Israel se demore en realizar su misión, aumentará la presión. Debemos conducir a la gente a entender y sentir que la corrección es necesaria. Deben estar conformes en desempeñar su papel en el desarrollo espiritual de la humanidad. La nación de Israel debe entender y aceptar este deber y darse cuenta de su responsabilidad en lo que está ocurriendo.
La presión crecerá para despertar a la nación de Israel. Esto es precisamente lo que nos ha venido ocurriendo en el transcurso de la historia, empezando con el faraón egipcio hasta nuestros días. Los profetas escribieron sobre esto; ellos dijeron que si no nos damos cuenta de la misión que tenemos, tendremos que pasar por pruebas muy duras.
La presión que experimentamos no es otra cosa que los estados que aún no hemos corregido y aunque es indispensable hacerlo, no hemos aprovechado las oportunidades que se nos han presentado. En la medida que la presión aumenta, podemos juzgar nuestros estados no corregidos. Sin embargo, estos mismos estados se revelan sólo dependiendo del desarrollo de la persona.
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