Baal HaSulam, el artículo Paz en el Mundo:
El hombre siente que todas las criaturas del mundo deben estar bajo su propio gobierno y fueron creadas para su propio uso privado. Y esta es una ley de la Naturaleza que no puede ser violada. La única diferencia entre las personas es su elección sobre cómo utilizar a las criaturas: Uno elige explotar a la gente para satisfacer los deseos más bajos, otro elige alcanzar el poder, mientras que un tercero para alcanzar respeto. Lo que es más, si pudiera hacerse sin mucho esfuerzo, cada persona estaría de acuerdo en explotar al mundo entero para alcanzar los tres juntos: riqueza, poder y respeto. Esta ley es llamada «La Ley de la Singularidad», y se siente en el corazón de todas las personas. Y no existe una sola persona que pueda escapar de ella, aunque todos y cada uno toman su propia porción en la ley: la persona importante dependiendo a su importancia y la persona pequeña según su pequeñez.
Y aunque el atributo de singularidad contiene un significado sublime, hermoso y bello, puesto que el atributo se extiende hasta nosotros directamente del Creador, quien es singular en el mundo y la raíz de todas las creaciones, sin embargo, cuando la sensación de singularidad se instala dentro de nuestro egoísmo estrecho, su acción se vuelve ruin y destructiva y es la fuente de todo el sufrimiento que ha habido y habrá en el mundo. Y, ciertamente, no existe una sola persona en el mundo que se encuentre libre de este atributo y todas las diferencias entre las personas son sólo por la forma en que se utiliza, ya sea para satisfacer las pasiones del corazón, o por el poder, o por el honor. Esto es lo que hace que las personas sean diferentes unas de otras.