Pregunta: Hoy en día, existen varios modos de interacción humana. En términos generales, se pueden dividir en dos tipos. Uno de ellos es cuando en el proceso de interacción, las personas desarrollan una necesidad de crear una especie de nuevo proyecto. Después que se conocen entre sí, se completa una primera fase de educación teórica, y se unifican entre ellos, surge en ellos un deseo natural de crear un buen proyecto, un proyecto que será útil a otras personas.
El otro tipo es el de las personas que están en el proceso de resolver ciertos problemas en su vida normal y luego llegan al grupo, reciben una experiencia particular, comprensiones, y apoyo, después de lo cual entran en el mundo otra vez y tratan de transmitirle a este la reciente experiencia de integración que han recibido.
¿Es posible unir estos dos tipos de personas en los cursos de formación integral en aras de colaborar en las acciones en el mundo?
Respuesta: Por el momento sólo ponemos a tales personas en grupos, organizamos viajes conjuntos, convenciones, y varios juegos. Al combinar sus esfuerzos y recursos materiales, crean un cierto prototipo de futura sociedad.
Es como un juego en el cual, en el transcurso de un par de días las personas se unen en condiciones difíciles creadas para ellas de antemano. Estas condiciones los alientan a unirse, a participar mutuamente, a ascender por encima y a salirse de sí mismos, así como a ayudar a la persona a sentir cuan dependiente de los demás es él o ella. Pero todo eso está siempre dentro del marco de lo que llamamos ejercicios de «laboratorio», nada más que eso.
(65661 – De una «Charla sobre educación integral» del 12/13/11)
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