¿Cómo gestionan eficazmente los profesores la instrucción individualizada?

Encuentra la respuesta a dicha interrogante, así como de otras más planteadas en la sección de preguntas y respuestas al Dr. Michael Laitman en Quora.

 

Michael Laitman, en Quora

¿Cómo descubre uno su verdadero yo?

Descubrimos nuestro verdadero yo, desde lo que la Cabalá llama “punto en el corazón”, un pequeño deseo en nosotros que nos jala desde arriba, hacia otro reino más allá de este mundo.  

 

Hoy vivimos en una era donde las personas cada vez más se desesperan de vivir en este mundo. Aumentan la depresión, la soledad, la ansiedad, el estrés y el abuso de drogas e indican que las personas quieren alejarse más y más de la sensación actual de vida. Sin embargo, al mismo tiempo, emerge un nuevo deseo dentro de nosotros, con una chispa de esperanza, llenado y vitalidad. El llenado de este deseo existe en otro lugar, donde hasta ahora entendemos y sentimos el placer de la satisfacción de nuestros deseos.  Si vamos tras el llenado del punto en el corazón, sin reprimir, sino más bien interesados en cómo salir del estado presente y progresar hacia el descubrimiento del origen de la vida —para qué vivimos, por qué se nos puso aquí para comenzar y cuál es el sentido de la vida —entonces ese punto nos guía hacia la revelación de nuestro verdadero yo. 

 

Cuanto más busquemos, de acuerdo a las exigencias del punto en el corazón, más seremos llevados a descubrir en la fuerza Superior, la fuente de nuestra existencia, la fuerza de amor y otorgamiento que creó y sostiene toda la vida. 

 

En otras palabras, nuestro verdadero ser y la fuerza Superior, son uno y lo mismo. Llegamos a nuestro mundo a través del descenso y provenientes de la fuerza superior; y podemos ir de regreso hacia ese punto raíz de nuestra existencia por la vía del ascenso. El punto en el corazón, también llamado “deseo por la espiritualidad”, es lo que nos atrae hacia ese estado espiritual elevado. 

 

Inicialmente, todos fuimos creados en lo que la sabiduría de la Cabalá llama “el mundo de Ein Sof (Infinito).” Descendimos a nuestro mundo, desde el mundo de  Ein Sof a través de distintos niveles, de un estado elevado de amor y otorgamiento, hasta el estado egoísta opuesto que caracteriza nuestro mundo.  

 

Existíamos en el mundo de Ein Sof en un estado perfecto y eterno — nuestra alma. Inicialmente fuimos creados en ese estado y a partir de ahí, nuestra alma —la raíz del alma de todos y cada uno —empezó a hacerse más pequeña, disminuyendo gradualmente, hasta que terminamos en este mundo en el que solo queda en nuestra conciencia, un pequeño punto de un deseo fragmentado de la gran alma que todos compartimos.  

 

Nuestro descenso de un estado eterno y perfecto, como una única alma, a nuestro mundo, fue intencional. A partir de nuestra actual forma de existencia, necesitamos empezar a desarrollarnos para regresar al estado en que fuimos creados, y hacerlo aparentemente creándolo por nosotros mismos, no solo recibiéndolo sin libre elección. Entonces tendremos un sentido mucho más completo y enriquecedor de nuestro estado como una única alma. 

 

En nuestro estado original, no teníamos una verdadera sensación de aquella alma, ningún sentido de la vida. Eso es porque nos faltaba sentir la complejidad y el propósito de nuestro desarrollo. Nuestra alma pasó por una ruptura hasta un punto pequeño que existe como un pequeño deseo espiritual dentro de nosotros y a partir de la sensación de este pequeño punto, podemos desarrollar este deseo hasta llegar a la sensación de toda nuestra alma y por nuestra propia voluntad. 

 

En otras palabras, al llegar a la raíz de nuestra alma —nuestro verdadero yo— por medio de desarrollar y alimentar nuestro punto en el corazón, crecemos, sentimos, examinamos y gradualmente entendemos más ese deseo, todo el camino hasta llenarnos por completo de él. Cuando regresemos al mundo de Ein Sof, entonces viviremos a nuestra medida completa: en eternidad y perfección. 

 

Ese es nuestro verdadero yo y es lo que tenemos que alcanzar. 

 

En la sabiduría de la Cabalá, este estado se llama “el alcance de la adhesión con el Creador” y se considera el propósito de nuestra vida, la razón de nuestra creación, en primer lugar. El Creador es la fuerza de amor y otorgamiento que se revela en nosotros y que en ese estado, nos llena totalmente. En hebreo la palabra para Creador (“Boré”) deriva de dos palabras: “ven” y “ve” (“Bo” y “”), es decir, “ven y ve” que recibirás cada una de las bondades y el deleite que hay para recibir en la existencia. 

Basado en “Pregunta al cabalista”, con el cabalista Dr. Michael Laitman. Escrito/editado por estudiantes del cabalista Dr. Michael Laitman.

¿Cómo puedo superar mi adicción al juego?

La atracción por el juego surge de un fuerte sentimiento de falta de conexión con el destino. 

 

¿Qué es la falta de conexión con el destino? Es la falta de una conexión armoniosa entre las personas y la naturaleza, o de un camino hacia ese objetivo. 

 

En la base de todos nuestros deseos está el deseo de conectar con la fuente de nuestras vidas, la fuerza del amor, el otorgamiento y la conexión que nos creó y nos sostiene, y que puede colmarnos por completo. 

 

Estamos en una trayectoria de desarrollo para descubrir esa fuerza, pero no todos conocemos ese objetivo ni el proceso en el que nos encontramos hacia su consecución. 

Así pues, deseamos conocer nuestro destino, el proceso en el que nos encontramos, lo que está arraigado en la naturaleza y el plan por el que ésta opera. 

 

Por eso, al jugar, nos sentimos como científicos en un laboratorio. Expresamos nuestro deseo de revelar la fórmula con la que operan la naturaleza y la humanidad. 

 

Comprendo y siento a los jugadores, aunque yo mismo no soy jugador y nunca he sentido ninguna atracción por el juego. Sin embargo, mi esposa, una señora adulta, tiene interés en jugar a diversos juegos de azar. Surge de la búsqueda de la fuerza del destino que actúa sobre nosotros y si brindamos a la gente la oportunidad de encontrarse con esa fuerza, entonces la sentirán. 

 

Puede parecer que un jugador obsesivo solo quiere ganar dinero rápido, pero no se trata del dinero. Pueden perder y ganar dinero alegremente, así que no se trata de perder o ganar. Más bien, internamente, el adicto al juego busca la conexión con la fuerza Superior que está operando en nosotros en cada momento. Hay un aspecto espiritual en ello, como lo hay en todos los juegos. 

 

¿Cuál es el aspecto espiritual de los juegos? Los juegos son acciones en las que sus jugadores ascienden de un nivel a otro, cuando jugamos, no conocemos sus resultados; Así es la vida, en ese sentido podríamos decir que un científico que realiza diversos experimentos o investigaciones es una especie de jugador. 

 

Nos comportamos del mismo modo en muchos ámbitos de nuestra vida, si queremos progresar sobre bases seguras, tenemos que desprendernos de la idea del destino y entrar en una apuesta. 

 

En cuanto a superar una adicción destructiva al juego, entonces está escrito que la Torá cura a todo el mundo, recomiendo que cualquier persona adicta al juego abra y lea los libros de la Cabalá, este sistema proporciona un proceso de juego, es decir, emprender riesgos, experimentos y búsquedas para encontrar y sentir una cierta chispa que existe dentro de nosotros, nos deja al borde del asiento, por así decirlo, en el sentido de que podríamos perder esa chispa o aumentar su intensidad en cada momento. Al aplicarnos al método cabalístico, obtenemos mucha satisfacción a la vez que adquirimos más conocimiento, conciencia y sabiduría sobre nuestras vidas, y participamos regularmente en un juego para progresar hacia niveles cada vez mayores de percepción de la realidad.

Basado en «Pregúntale al cabalista» con el cabalista Dr. Michael Laitman. Escrito/editado por estudiantes del cabalista Dr. Michael Laitman.

¿Por qué es importante Rosh Hashaná?

Antes de discutir la importancia de Rosh Hashaná, el Año Nuevo judío, es importante entender que las fiestas judías no son la tradición de una nación o pueblo en particular, mejor dicho son símbolos de estados espirituales únicos en los que alcanzamos una cualidad común de amor y otorgamiento en niveles superiores de nuestra conexión entre nosotros y con la naturaleza. 

 

Si alcanzamos cierto nivel de unidad latente en la naturaleza, entonces celebramos tal acontecimiento, cuando nos elevamos un poco más hacia el siguiente nivel de conexión entre nosotros y con la naturaleza, entonces volvemos a alcanzar un nuevo grado de percepción y sensación unificadas de la naturaleza, y celebramos tal acontecimiento.

 

Nuestra propia toma de decisiones no desempeña ningún papel en la determinación de las fiestas, en su lugar, celebramos el logro de ciertos niveles de equivalencia de forma que son omnipresentes en la naturaleza. Por tanto, no podemos cambiar estas fiestas. 

 

La naturaleza es una red interconectada e interdependiente de fuerzas altruistas. Es un sistema unificado en el que cada una de sus partes está completamente interrelacionada. Los humanos, en cambio, somos las únicas partes de la naturaleza que nos oponemos y resistimos a ella con nuestro deseo egoísta de beneficiarnos a costa de los demás y de la naturaleza. 

 

Si nosotros, la humanidad, o al menos una masa crítica dentro de ella, empezamos a cambiar nuestra cualidad egoísta por una altruista similar a la de la naturaleza, nos acercaremos a la forma unificada de la naturaleza. 

 

Un paso clave en tal proceso se llama «reconocimiento del mal». Significa que primero tenemos que reconocer que nuestra naturaleza egoísta innata nos impide experimentar la totalidad que existe en la naturaleza. Para luego cambiar nuestra naturaleza egoísta en una altruista que sea similar a la fuerza de amor y otorgamiento de la naturaleza, necesitamos un profundo escrutinio interior, que se llama «oración». En hebreo, rezar («Lehitpalel») significa «incriminarse» («Lehapil») a uno mismo. Es decir, debemos incriminarnos a nosotros mismos, y tal confesión previa a Rosh Hashaná se llama «el mes de Elul». 

 

Durante tal escrutinio, vemos nuestro bajo estado egoísta actual en comparación con el exaltado y completo estado altruista de amor, otorgamiento y conexión, que deseamos alcanzar. El inmenso abismo entre esos dos estados da lugar a una oración, en la que nos juzgamos a nosotros mismos y expresamos un gran deseo de cambiar nuestra intención egoísta por una altruista similar a la de la naturaleza. 

 

Encontramos cómo nuestra naturaleza egoísta nos convierte en criminales junto con el descubrimiento de una fuerza avasalladora y mucho mayor por encima de nuestros poderes egoístas, la fuerza altruista de la naturaleza, a la que deseamos avanzar. 

 

Ese estado se llama «Rosh Hashaná», el comienzo («Rosh») de nuestro cambio («Shinui»). Es el comienzo de un nuevo ciclo de estados a través de los cuales progresamos para parecernos cada vez más a la fuerza amorosa y otorgadora de la naturaleza.

Basado en el vídeo Basado en «Una nueva vida» con el cabalista Dr. Michael Laitman. Escrito/editado por estudiantes del cabalista Dr. Michael Laitman.

¿Cómo gestionan eficazmente los profesores la instrucción individualizada?

La gestión eficaz de la enseñanza individualizada es, en efecto, un problema en la educación moderna. No obstante, hay que comprobar qué se adapta a las características de los niños. 

 

Hay muchos casos de dividir a los alumnos en clases según los temas, pero suele ser cuando han crecido un poco. En la escuela primaria, también podemos ver que los niños tienen su propia dirección interior, que se va aclarando con la edad, pero tenemos que ayudarles a hacer sus aclaraciones. 

 

Creo que los profesores deberían ser capaces de discernir la actitud de cada alumno ante la realidad, sus inclinaciones, intereses y estructura interior. En consecuencia, yo agruparía a los alumnos según sus características distintivas, como la sensibilidad, la aptitud intelectual, la afinidad por la naturaleza o la tecnología, etc. De este modo, los profesores pueden adaptar sus métodos de enseñanza a las preferencias y estilos de aprendizaje de cada grupo. 

 

Podemos discernir las cualidades únicas de los alumnos empleando enfoques pedagógicos polifacéticos. En lugar de ceñirnos a un único estilo de enseñanza, debemos explicar los conceptos desde varios ángulos y ofrecer ejemplos de distintos campos. Este enfoque permite a los estudiantes comprender el material de una manera que se ajusta a sus estilos individuales de aprendizaje. 

 

Recuerdo mi época escolar, cuando a veces me costaba comprender un concepto presentado por un profesor. Sin embargo, cuando mi madre explicaba el mismo concepto de otra manera, utilizando ejemplos que se ajustaban a mi estilo de aprendizaje, lo comprendía mejor. Esto subraya la importancia de la flexibilidad en la enseñanza y el potencial de utilizar ejemplos que se adapten a las preferencias de cada alumno. 

 

Cuando se trata de percibir la singularidad de cada estudiante, especialmente desde una perspectiva espiritual, nosotros, como profesores, podemos beneficiarnos de forma enorme de la preparación interior. Sugiero que los profesores vean su papel no solo como instructores de niños pequeños, sino como facilitadores del desarrollo de la humanidad hacia su estado final, perfecto y eterno de conexión completa. En otras palabras, cuanto más conscientes sean los profesores del modo en que la naturaleza nos desarrolla a todos hacia estados de mayor conexión, más podrán alinear sus métodos de modo que lleven a los alumnos a un equilibrio cada vez mayor con la naturaleza. Reconocer que cada alumno emprende un viaje único en su desarrollo hacia un mayor estado de conexión con los demás y con la naturaleza puede ayudarnos a conectar con nuestros alumnos a un nivel profundo. 

 

Al considerar el proceso de enseñanza como un medio para guiar a los alumnos hacia un mayor equilibrio con la naturaleza, podemos trascender las nociones convencionales y reconocer la esencia interior de cada niño. Este cambio de perspectiva nos permite descubrir las cualidades distintivas de nuestros alumnos y ofrecerles un nivel de satisfacción más profundo. 

 

Gestionar eficazmente la instrucción individualizada en la enseñanza es una tarea polifacética que exige sensibilidad, adaptabilidad y comprensión de la singularidad de cada alumno. Agrupando a los alumnos en función de sus características, empleando enfoques pedagógicos polifacéticos y adoptando una perspectiva espiritual, los profesores podemos afrontar este reto con mayor eficacia. En última instancia, nuestro objetivo es proporcionar una educación a medida que permita a cada estudiante prosperar en su camino único de aprendizaje y autodescubrimiento.

Basado en «Pregunta al cabalista» con el cabalista Dr. Michael Laitman. Escrito/editado por estudiantes del cabalista Dr. Michael Laitman.

¿Requiere el amor un trabajo constante para mantenerlo fresco?

Hay un dicho en la sabiduría de la Cabalá que dice que «todo nuestro trabajo es descubrir el amor entre nosotros todos y cada uno de los días.

 

«El amor es la fuerza inclusiva general de la naturaleza, y está escrito que alcanzar el amor a los demás como a nosotros mismos «es la mayor regla de la Torá» (véase el cabalista Yehuda Ashlag, «Matan Torá [La entrega de la Torá]»). 

 

Hoy, en la era de la globalización, estamos descubriendo nuestra interconexión e interdependencia mundial. La fuerza del amor nos está acercando desde el lado de la naturaleza, pero nosotros estamos opuestos a ella, en un estado de odio mutuo. En otras palabras, la naturaleza es una fuerza altruista y nuestra naturaleza es egoísta, un deseo de beneficio propio a expensas de los demás y de la naturaleza. Somos opuestos a la naturaleza, y esa oposición es la causa de todos nuestros problemas. 

 

Nuestro principal problema es la falta de amor. En el amor descubrimos una vida de eternidad y perfección. 

 

Entonces, ¿por qué tenemos que trabajar por el amor? ¿No quiere ya todo el mundo el amor? 

 

En efecto, todos tenemos el deseo de sentir amor, pero ¿cómo lo realizamos, no de un modo pasajero e involuntario, que es como generalmente sentimos el amor en nuestro mundo, sino de un modo en el que podamos hacer crecer el amor? Lo realizamos invitando a nuestras conexiones a la fuerza del amor que en abundancia habita en la naturaleza. Sobre atraer la fuerza del amor a nuestras vidas, está escrito que «Creé la inclinación al mal, creé la Torá como especia, porque la luz en ella reforma». 

 

La luz es la fuerza del amor que puede entrar en nuestras vidas y corregir nuestras intenciones para que realmente queramos amar a los demás como a nosotros mismos. Cuanto más nos conectemos a las fuentes que explican los fundamentos de la naturaleza -tanto de la naturaleza humana como de la naturaleza inclusiva en general-, cómo podemos atraer la fuerza del amor de la naturaleza a nuestras conexiones y, al hacerlo, lograr una vida feliz y armoniosa en todo el mundo, más atraeremos la fuerza de la luz y ésta trabajará para corregirnos.

Basado en «Pregúntale al cabalista» con el cabalista Dr. Michael Laitman. Escrito/editado por estudiantes del cabalista Dr. Michael Laitman.

¿Quién es espiritual?

Uno es espiritual cuando está por encima de nuestro mundo.

 

«Nuestro mundo» es el deseo egoísta que calcula constantemente el beneficio propio a expensas de los demás y de la naturaleza. Si nos dirigimos hacia el exterior para otorgar satisfacción a los demás y a la naturaleza, cuando los resultados de nuestros actos no guardan relación con quienes los realizan -ni siquiera indirectamente-, entonces se nos considera espirituales.

 

En otras palabras, ser espiritual significa alcanzar la intención de otorgar a los demás y a la naturaleza por encima de nuestros deseos innatos de disfrutar sólo de nosotros mismos. Con tal logro, llegamos a sentir nuestra existencia eterna y perfecta como un alma única, es decir, como un gran deseo que desea disfrutar a través de la intención de otorgar a la fuerza superior de otorgamiento que crea y sostiene la vida.

 

Tal existencia está por encima del tiempo, el espacio y el movimiento. No está vinculada en modo alguno a la sensación del cuerpo animado, sino que se siente en un nuevo espacio interior de nuestros sentidos, en una intención de otorgar que desarrollamos y alcanzamos.

Basado en el libro La Experiencia de la Cabalá, Cap. 11 – Conceptos de la Cabalá del cabalista Dr. Michael Laitman. Escrito/editado por estudiantes del cabalista Dr. Michael Laitman.

¿Cuál es la mejor manera de hacer realidad un deseo?

En primer lugar, debes tener un gran deseo de que tu deseo se haga realidad.

 

Además, debes examinar si tu deseo se alinea con -o está en contradicción con- el curso evolutivo de la naturaleza, que conduce a todos y a todo hacia estados superiores de conexión.

 

Después de ese examen, deberías encontrar y rodearte de personas que también deseen alcanzar un estado de conexión positiva. Así comprenderás cómo avanzar hacia el resultado deseado de una conexión armoniosa y pacífica con los demás y con la naturaleza.

Basado en «La Cabalá en el turbulento mundo moderno» con el cabalista Dr. Michael Laitman. Escrito/editado por estudiantes del cabalista Dr. Michael Laitman.

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