En la Cábala, el esfuerzo de una persona es su aspiración personal al Creador. Si se hace sobre el fondo de las contradicciones y el rechazo, entonces este esfuerzo se dirige hacia el Creador.
Si pasa por un grupo, por la pereza de una persona, si se construye de acuerdo con las instrucciones de los cabalistas, entonces al final, obviamente, es correcto, y esto se siente en la forma de cumplirlo, realizarlo.
Y si no hay resistencia del cuerpo, entonces no hay acción espiritual, porque tal acción se dirige contra el egoísmo, rebota en él, se eleva por encima de él y se realiza a pesar de él.
Pero ¿qué significa “en contra”? ¿Podemos hacerlo? Podemos, si elevamos la importancia de la acción altruista por encima de la egoísta, es decir, trabajando en un grupo de personas afines y entonces gradualmente recibiremos de ellas la importancia de acciones que son completamente inusuales para nosotros.
Pero entonces, si lo entendemos bien, nos daremos cuenta de que esas acciones también eran egoístas. Simplemente las recogimos del grupo, del entorno, como un soldado que corre a la batalla porque todos a su alrededor actúan así y le contagian su deseo.
Sin embargo, esta no es todavía una acción espiritual. Otra se construye por encima de ella cuando comienzas a darte cuenta de que esta acción debe ser dirigida hacia el Creador. Pero no ves y no entiendes su significado. Entonces comienzas a pedir fuerza para cumplirla.
No quieres nada, solo que la idea de la importancia del Creador sea tan fuerte en tus sentimientos que todas las demás acciones de este mundo se desvanezcan ante ella. No puedes dar a esta acción ninguna justificación real, pero es el anhelo fuera de ti mismo, lo que te lleva a comprender lo que es la realidad espiritual.
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