¿Cómo puedes hacer que la felicidad te siga?

Comentario:

Hay una parábola corta sobre tres hermanos que vieron la felicidad asentada en un pozo, uno llegó y le pidió dinero y lo recibió, otro le pidió una hermosa esposa y también la recibió. 

 

El tercero se inclinó ante el pozo. “¿Qué quieres?”, inquirió la felicidad.  

 

El hombre preguntó, “¿Qué necesitas?”

 

“Hermano, sácame de aquí”, replicó la felicidad. 

 

El hermano extendió su mano, sacó a la felicidad del pozo, se dió la vuelta y se alejó; y la felicidad le siguió.  

 

¿Qué tendría que hacer la persona para que ésta le siga? ¿Qué fué lo que hizo a fin de cuentas?

Mi Respuesta:

No le pidió nada; por lo contrario, realizó una buena acción, le brindó un servicio a la felicidad.

Pregunta:

¿Es esta la condición bajo la que la felicidad te sigue?

 

Respuesta:

No sé.

 

Pregunta:

¿No podemos generalizar el hecho de que no deberíamos pedir nada?

Respuesta:

No.

 

Pregunta:

Cuando pides felicidad, como en esta parábola, recibes alguna porción -dinero o una esposa-. Más tarde, todo puede cambiar, te puedes divorciar o ir a la bancarrota, etc., pero cuando quieres darle al otro, ¿es este el secreto?

Respuesta:

No me puedo imaginar cómo se puede dar felicidad a las personas, transferir felicidad o quitar la felicidad. Pienso que eso no depende de la persona.

 

Pregunta:

¿De qué depende?

Respuesta:

Pienso que depende del destino.

 

Pregunta:

¿Significa que te comportas de acuerdo a lo que se te dió? Ni siquiera regalas o pides felicidad por tí mismo.

Respuesta:

Sí, y lo más importante es estar de acuerdo con ello.

Pregunta:

¿Es este el punto más importante?

Respuesta:

Sí.

 

Pregunta:

Entonces, ¿yo puedo cambiar?

 

Respuesta:

Prácticamente no puedo cambiar, tal vez el Creador puede hacer esto a veces, si lo solicitamos sinceramente. Pero personalmente no puedo cambiar nada.

Pregunta:

Pero ¿puedo llegar a un estado en el que no me guste tal como soy? No digo “odiar”. No me gusta cuando yo exijo felicidad para mí mismo, nada más. ¿Puedo llegar a este estado?

 

Respuesta:

No es fácil llegar a esto, pero se puede.

 

Pregunta:

¿Puede esto ser el punto de partida, cuando yo pido que se me dé la oportunidad de dar felicidad de alguna forma?

 

Respuesta:

¿Para qué? ¿Vas a dar felicidad a las personas? ¿Estás asumiendo esa tarea?

Comentario:

Ya veo. En lugar de felicidad, daré algo más: infelicidad.

 

Mi Respuesta:

Sí.

 

Pregunta:

Su pregunta: “¿Para qué?”, si respondo egoístamente: “Para que la felicidad llegue a mí entiendo que tengo que darla”. ¿Cómo se realiza esa fórmula?

 

Respuesta:

No, de cualquier forma es egoísta.

 

Pregunta:

¿Se sigue diciendo “Dame felicidad”?

 

Respuesta:

Sí.

 

Pregunta:

Resulta ser un callejón sin salida. ¿Cómo puede la persona salir de él?

 

Respuesta:

No hay forma. Conforme el Creador predice y decide, así será.

 

Pregunta:

A fin de cuentas, ¿necesitamos o no buscar la felicidad? ¿o también eso se encuentra en manos del Creador?

 

Respuesta:

No creo que se pueda encontrar la felicidad, hay que construirla. Es decir, tienes que colocarte en un estado en el que, exactamente sepas cómo obligarla a revelarse. Entonces la verás.

 

Pregunta:

Entonces hay aquí una pregunta muy importante: ¿Qué quiere usted decir con la palabra “felicidad”?

 

Respuesta:

Por felicidad me refiero al sentimiento de una persona de que su vida fue un éxito. Que fue un éxito.

 

Pregunta:

¿Experimenta esta sensación hacia el final de su vida o tiene esta sensación durante su vida, de “Estoy viviendo la vida correcta, mi vida ha sido un éxito”?

 

Respuesta:

No, yo creo que cuando ya está más cerca del final.

 

Pregunta:

Y durante su vida, ¿hay trabajo todo el tiempo? En su opinión, ¿resulta que toda nuestra vida es trabajo constante?

 

Respuesta:

Sí. Es cuando la persona está buscando maneras de reconstruir su vida, una y otra vez, para que le lleve a la felicidad que imagina. Digamos, hacer feliz a las personas, hacer feliz a su familia… Todo lo que se pueda imaginar.

 

Pregunta:

Pero ahora usted sigue llevando el vector “a partir de mí” —para hacer feliz a los demás. ¿Encuentro así el sentido de mi vida? ¿Así llego a la conclusión de que en este caso soy feliz?

 

Respuesta:

Sí.

 

Pregunta:

¿Es esto un trabajo contínuo?

 

Respuesta:

No puedo parar, es un trabajo permanente. La persona debe saber claramente cómo hacerlo.

 

Comentario:

Pero a lo largo del camino podría desilusionarse, levantarse de nuevo y así sucesivamente.

 

Mi Respuesta:

No se si deba sentirse decepcionado. Solo tiene que imaginar su camino y luego, “el camino abraza al que lo anda”.

 

Comentario:

Es decir que la felicidad te siga no quiere decir que estés feliz. Tienes que trabajar todo el tiempo para hacer felices a los demás y esto no es fácil, según lo entendemos.

 

Mi Respuesta:

No importa que sea difícil. ¿Qué es fácil en la vida? No hay nada fácil.

 

Pregunta:

¿Pero es este el camino? ¿Es precisamente este el camino?

 

Respuesta:

Sí.

 

Pregunta:

Cuando usted dice “el camino de la luz” y “el camino de la oscuridad”, ¿de qué habla?

 

Respuesta:

El camino de la luz es cuando traes luz a las personas y el camino de la oscuridad es cuando no lo puedes hacer.

 

Pregunta:

¿No puedo o no la traeré?

 

Respuesta:

Pienso que el que no puedas y el que no quieras, es lo mismo.

 

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