“Ceder (por parte del esposo o la esposa) no se considera amor en plenitud, porque quien cede siempre espera recuperar el poder de control.” (Rabash, Artículo 240, “Discernimientos en los Estados”).
La concesión, que no conduce en absoluto a la conexión, se llama imperfecta. Por lo tanto, esa conexión tampoco se considera perfecta, carece de amor.
El amor es un estado con aspiraciones similares en ambos lados y ambos esposos asumen que están dirigidos a un centro común, en el cual ellos se funden y logran la perfección.
Pregunta:
¿Cómo difieren las concesiones de las que habla Rabash, de las concesiones que usted mencionó? ¿Tiene alguna otra función?
Respuesta:
Las concesiones pueden surgir del amor o estar basadas en otros cálculos. Cualquier cálculo en la concesión, que no sea por amor, no es bueno.