De las noticias (de La Voz de Rusia): «El punto muerto entre el Cristianismo y el Islam en los países europeos está volviéndose más peligroso cada año. De acuerdo con algunos expertos, hoy en día la comunidad europea está enfrentando una dura elección: si continúa la islamización de Europa, muy pronto uno deberá decirle adiós al Cristianismo en los países del Viejo Mundo».
«Durante muchos años en vísperas de Navidad, diversos países europeos son sacudidos por escándalos. En un número creciente de estados, las autoridades rechazan poner en lugares públicos aquel atributo integral de la festividad, el árbol de Navidad, decorado con un pesebre. Los políticos explican sus acciones por su temor a insultar los sentimientos religiosos de aquellos que no creen en las historias bíblicas. El pedido de quitar los elementos de Navidad, proviene en primer lugar de las comunidades musulmanas, las cuales están tratando de imponer cada vez más agresivamente en Occidente su moral, valores religiosos y perspectivas del mundo…»
«Si en el pasado los musulmanes que vivían en la Unión Europea no querían la presencia de perros en las calles y lugares públicos en Europa, ellos pedían que las autoridades expidieran leyes especiales que limitaran la crianza de tales «animales impuros», ahora están pidiendo que la Ley Sharia sea introducida a nivel estatal. Algunas leyes de la ley islámica ya son usadas en Bélgica y Países Bajos en la revisión de casos civiles…»
«Una chispa de rencor lenta pero seguramente se convertirá en un fuego real… De acuerdo a cálculos preliminares, para el 2015 cerca de 40 millones de musulmanes vivirán en la Unión Europea. En algunos países el número de mezquitas ya ha sobrepasado el número de iglesias cristianas. El Viejo Mundo ya no tiene la oportunidad de elegir uno o el otro…»
Mi comentario: No hay lugar para comentarios porque los hechos están citados. El cansancio de la vieja Europa y la juventud enérgica del Islam no son comparables, y no hay elección. Se nos dice en la Torá sobre Ismael, el hijo de Abraham y Agar, de quien se originó el Islam: «Su mano estará en contra de todos y la mano de todos contra la suya», todo el mundo lidiará con esto.
En cuanto a la relación entre árabes y judíos, se nos dice allí en la Torá: «Y él morará ante el rostro de todos sus hermanos». Los descendientes de los dos hermanos, Ismael e Isaac, no se mezclarán uno con el otro, sino que vivirán de forma separada el uno contra el otro en una estrecha proximidad desagradable.
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