Delante de mí está “Ama a tu prójimo como a ti mismo”

 

El águila estaba sentada en un árbol, descansando, sin hacer nada. El conejito vio al águila y preguntó: «¿Puedo sentarme como tú y no hacer nada?». «Por supuesto, ¿por qué no?», respondió. El conejo se sentó bajo un árbol y se puso a descansar. De repente apareció un zorro, lo agarró y se lo comió. Moraleja: Para sentarse y no hacer nada, hay que sentarse muy, muy alto (Fábula, fuente desconocida). 

Mi respuesta:

Sí, pero no creo que esta sea la solución al problema. Y el águila tiene problemas; tiene enemigos, y también debe defenderse e imaginar otras condiciones. 

Pregunta:

Entonces, ¿sigue necesitando estar alerta?

Respuesta:

Por supuesto. Ningún ser vivo puede existir así, sin preocuparse de nada. 

Pregunta:

¿Cuándo puedo permitirme estar en paz? 

Respuesta:

Solo si, Dios no lo quiera, estás muerto. 

Pregunta:

¿Es esto la paz? 

Respuesta:

Comentario:

Pero usted siempre dice que el Creador está en reposo, y debemos avanzar hacia la paz de una manera u otra.

Mi respuesta:

Para nosotros, este estado es la muerte, porque debemos matarnos a nosotros mismos, a nuestro egoísmo.

Pregunta:

¿Se refiere a este estado?

Respuesta:

Sí.

Pregunta:

¿Entonces tengo que matar mi egoísmo? ¿Y todo mi camino es matarlo?

Respuesta:

Sí. 

Pregunta:

¿Pero todos somos «conejos»? No podemos estar tranquilos. Hay peligro en todas partes: a la derecha, a la izquierda, en todas partes? 

Respuesta:

Sí. 

Pregunta:

Entonces, usted dice que el peligro existe precisamente porque estamos, por así decirlo, apegados a este egoísmo. ¿Cómo no vamos a ser un conejo? 

Respuesta:

Para ello, tenemos que saber exactamente lo que nos espera, lo que debemos sacrificar y cómo ser libres. Es decir, debemos estudiar la naturaleza de nuestro mundo, la naturaleza del mundo Superior y los caminos de transición de un estado a otro. 

Pregunta:

¿Eso es, en principio, la educación? 

Respuesta:

Sí, no es sencillo. Debo rehacerme, convertirme en una persona del mundo Superior. 

Pregunta:

¿Cómo comienza esta paz?

Respuesta:

Con amar a tu prójimo como a ti mismo. Y esto ya es la altura de un águila. 

Pregunta:

Es decir, ¿podemos permitirnos cierto reposo inicial, mínimo, si llegamos a esta regla: amar al prójimo como a uno mismo? 

Respuesta:

Si la aceptamos al menos teóricamente.

Pregunta:

¿Cree que ni siquiera lo aceptamos teóricamente? 

Respuesta:

No, ¡claro que no! 

Comentario:

Hablamos de ello todo el tiempo. 

Mi respuesta:

Estamos hablando.

Pregunta:

Entonces, ¿qué significa aceptarlo, al menos teóricamente?

Respuesta:

Aceptarlo, es decir, empezar a buscar la manera de dominar esta ley, esta condición, buscar cómo salir de tu egoísmo y cómo elevarte por encima de tu naturaleza. 

Pregunta:

¿Amar y no odiar? Paz en lugar de guerra, buenas relaciones en lugar de maldad. Aunque usted siempre dice que la naturaleza humana es diferente. 

Respuesta:

No se puede hacer nada. Especialmente en nuestra época, ya nos estamos acercando a esto. Todavía tenemos que prepararnos de alguna manera para pasar al siguiente nivel. 

Pregunta:

En su opinión, ¿la humanidad ya se encuentra en esta etapa y ha seguido en la anterior, o todavía no?

Respuesta:

¡No! ¡Todavía no estamos en ninguna etapa!

Pregunta:

¿No nos hemos dado cuenta, pero tal vez estamos allí?

Respuesta:

No, al contrario, empezamos a darnos cuenta en qué fase estamos y está lejos de la ideal.

Pregunta:

Entonces, puesto que nuestra naturaleza es diferente, ¿necesitamos dar un paso hacia el abismo?

Respuesta:

Esto no es un paso hacia el abismo. Son acciones precipitadas; no son bienvenidas por nadie. Al contrario, debemos comprender en forma clara, lo que tenemos enfrente y dar un paso adelante absolutamente racional.

Comentario:

Así que sé que delante de mí está «ama a tu prójimo como a ti mismo», y ése es el único camino que voy a seguir. 

Mi respuesta:

Sí.

Comentario:

Habrá muchas interferencias de todas partes, naturalmente.

Mi respuesta:

Nosotros podemos superarlas todas si somos “nosotros”.

Pregunta:

¿Si no soy “yo”, sino “nosotros”? 

Respuesta:

Sí.

Pregunta:

¿Podría la humanidad tomar esta decisión en algún momento de gran sufrimiento o de qué? 

Respuesta:

No tengo ni idea. 

Pregunta:

¿Entonces un grupo pequeño puede?

Respuesta:

Un pequeño grupo puede. Y no puedo imaginar que la humanidad pueda.

Pregunta:

¿Es contagioso si un pequeño grupo llega a esto?

Respuesta:

Esta es la misión del pueblo judío: llegar a ser un grupo así y mostrar a toda la humanidad que esto es posible.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *