El difícil trabajo contra el egoísmo

Inicialmente nosotros estábamos unidos en el mundo del Infinito como uno, como un cuerpo cuyas partes son necesarias unas para las otras y totalmente interdependientes. Después de descender del Infinito a nuestro mundo, nos desconectamos completamente porque todo el espacio entre nosotros fue ocupado por el egoísmo, que nos aleja el uno del otro.

Este egoísmo está en constante crecimiento, y por lo tanto, mientras avanza la historia nos sentimos cada vez más imperfectos. Pero llega un momento en el que el egoísmo deja de crecer y alcanza la saciedad. Por eso las personas hoy en día son arrasadas por la desilusión y la desesperación, y la depresión está convirtiéndose en la enfermedad más extendida en el mundo.

El hombre está perdiendo el sentido de la vida. Anteriormente, él no se hizo ese tipo de preguntas puesto que el deseo egoísta creció constantemente dentro de él y lo empujó hacia adelante. Éste le dijo engañosamente: «¡Quieres esto y esto y lo otro! ¡Definitivamente, tienes que conseguir eso y ser más grande que todos los demás!»

Pero hoy llegó un momento en el que ya no queremos nada. Y además, la crisis general del mundo está desplegándose, lo que nos deja sin otra opción además de buscar una manera de cambiar la situación y lograr la corrección, donde la corrección se encuentra en orden ascendente de vuelta al mundo del Infinito y nos convierte de nuevo en un hombre. Sin embargo, esta unidad ya se ha alcanzado por nuestros propios esfuerzos, es decir, a través del trabajo en contra de nuestro egoísmo, por el bien de la unidad.

Este es el trabajo más odiado por nosotros, y nosotros no lo queremos. ¡Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa, pero esto, cualquier cosa diferente a unirme con los amigos! ¡Me siento bien conmigo mismo, esto es cómodo! Después de todo, toda mi naturaleza es el deseo de disfrutar, y todo lo que necesito es llenarla. Sólo quiero el llenado.

Cada persona sólo piensa cómo hacer mejor las cosas para sí misma en cada momento. Nuestro organismo y el cerebro funcionan sólo para mantenerse en el estado más cómodo. Y así es como transcurre toda nuestra vida. Cada persona sólo piensa cómo hacer mejor las cosas para sí misma ahora y en el futuro. Todos nuestros cálculos giran en torno a esto y no somos capaces de pensar en otra cosa. Lo único que me importa es mi propio cuerpo. Resulta que estoy condenado a llevar la vida de un pobre y miserable animal, que trata de apoyar su cuerpo en todas las maneras posibles para que pueda vivir durante varias décadas y luego morir. Pero si toda la vida se reduce a sólo esto, entonces ¿cuál es el punto en ella?

Es por eso que nos es tan difícil trabajar en contra de nuestro egoísmo. Aquí existe un gran problema psicológico que nos impide reunirnos con otros en circunstancias en las que nuestro ego haya alcanzado su máxima expresión. Por eso, la ciencia de la Cabalá viene y nos explica cómo hacer esto por medio de la unión en un grupo pequeño.

A través del grupo comenzamos a atraer para nosotros esta fuerza especial que se oculta en la naturaleza y se llama la Luz que Reformas. Y si tratamos de extraer esta fuerza oculta desde dentro, ésta emergerá y hará maravillas para nosotros. Nos corregirá por completo, nos cambiará para que seamos capaces de conectarnos con otros. Y entonces comenzará a reunirse un grupo entre varios amigos, que se convertirá en un mini-modelo de la humanidad corregido en el cual se realizará nuestra unidad.

En vez de la anterior fuerza negativa del egoísmo, la cual nos separa en un estado roto y la cual tiene varios nombres (el Faraón, Amán, Bilam, Balak, y todos los «pecadores», es decir las fuerzas de la desunión), en el interior de nuestra conexión, empezaremos para revelar la enorme fuerza positiva. Esta es la fuerza de la conexión que viene a sustituir a la fuerza negativa de la desunión y se llama el Creador. Esta es la fuerza de otorgamiento, la fuerza que nos hizo nacer y que nos une. En ella se revela el programa de la creación y su meta.

Es por eso que tenemos que unirnos en un grupo, puesto que, en virtud de ella sentiremos un estado superior, la presencia de una fuerza oculta superior, del Creador, que está entre nosotros. ¡Sólo tenemos que revelarlo! Esperemos que nos sintamos dentro de nosotros este despertar durante los seminarios, como resultado de nuestros esfuerzos por unirnos unos con otros. Esto puede ocurrir incluso a la persona que por primera vez se encuentra en una convención como ésta.
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De la 1º lección de la Convención en Brasil del 5/3/12

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