Durante el taller, imagina que estás dentro de tu alma y que las diez personas que se sientan contigo en un círculo no son sólo personas, sino una conexión que crea la vasija de tu alma. Descubrimos tal conexión entre nosotros cuando recibimos material, un deseo, la vasija colectiva general, en la que se revela la Luz.
El deseo y la Luz juntos nos darán la sensación de un nivel espiritual en el que sentiremos una fuerza especial que construye y mantiene este nivel, lo cual significa el Creador, y que incluye todos los deseos y las Luces. Tenemos que imaginar todo esto durante el taller.
El alma es nuestro otorgamiento mutuo. Tú estás sentado en un círculo de diez personas y debes imaginar una red de otorgamiento mutuo que los une a todos. Cada uno siente que se anula ante éste y que se incorpora en el deseo general. No hay yo, tú, o él que otorgan a los demás; todos les otorgan a todos. Según la medida en la que cada uno desaparezca totalmente y en vez de diez personas y del campo entre ellos, sólo existe el campo de conexión que permanece y las personas parecen desaparecer.
Este campo se llama «vasija» espiritual, nuestra actitud, el deseo de otorgarnos unos a otros. En consecuencia, la Luz se inviste en este deseo de otorgamiento mutuo.
Este deseo de otorgamiento mutuo es llamado un «alma», y la Luz que lo llena es llamada «Luz del alma», su vida, su vitalidad, NRNHY. ¡No hay otra realidad! Es en esta realidad que tú te introduces cada vez más profundamente y empiezas a sentir que es aquí donde está toda la humanidad, todas las fuerzas, y todas las relaciones. Aquí es donde descubres al Creador.
Tú te vuelves ilimitado, porque antes de eso te anulaste y entraste en el campo que te conecta. Por medio de eso tú borras todos los límites: no es al absorber una cantidad ilimitada sino al ser incorporado ilimitadamente en los demás, como si te perdieras en ellos.
Gracias a ello, comienzas a sentir esta vasija completa. Esto es llamado un deseo de otorgar que realmente te da nueva forma y te da una forma ilimitada.
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De la 1° parte de la Lección Diaria de Cabalá del 24 de Agosto del 2012, Escritos de Rabash
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