Doce tribus en una nación, parte 2

La división del pueblo de Israel en doce tribus, no es artificial, más bien, viene de lo profundo de la naturaleza misma. Esta nación está construída en similitud a la fuerza superior y por lo tanto, precisamente al mantener las diferencias entre todas las tribus y con su correcta conexión, alcanzan el estado llamado Shejiná, que es el deseo colectivo de toda la nación, capaz de revelar dentro de sí misma, la fuerza superior, el Creador.

Por lo tanto, doce diferencias características en su naturaleza, son muy importantes y tienen que ser preservadas en la forma más drástica.

Cada grupo y cada persona incluyen en sí cuatro capas de egoísmo. El egoísmo más pequeño es el nivel inanimado, el nivel vegetal es un egoísmo mayor, el nivel animal es incluso más grande y el humano, es el egoísmo más grande. Las cuatro letras del nombre del Creador, HaVaYaH están definidas por estos cuatro niveles.

Pregunta: El egoísmo es una cualidad negativa, así que ¿cómo puede definir el nombre del Creador?

Respuesta: El egoísmo es una cualidad negativa cuando es utilizada de forma egoísta. Sin embargo, si nosotros usamos el egoísmo en forma opuesta y nos conectamos con los demás, por encima de nuestro egoísmo, se convierte en el lugar de nuestra conexión. Sin egoísmo, necedad, rechazo y los deseos más fuertes no valemos nada. Por eso está escrito, “cuanto mayor es la persona, mayor es su egoísmo”.

Así que, no podemos decir que el egoísmo es una cualidad negativa. Es negativa solo al grado en que nos separa del otro. No obstante, si lo utilizamos correctamente, se vuelve nuestra “ayuda en contra”.

Pregunta: ¿Por qué la gente se divide en grupos, exactamente por las cualidades de su egoísmo?

Respuesta: El deseo de recibir es nuestra naturaleza, nuestra substancia, no tenemos nada más. El uso correcto de nuestra substancia nos habilita para trabajar.

Inicialmente, todas las cualidades del hombre son negativas y por lo tanto, está dicho, que el Creador creó la inclinación al mal. Sin embargo, sí podemos trabajar con estas cualidades en forma positiva, transformamos en bien nuestra inclinación al mal.

No hay inclinación natural al bien dentro de nosotros. Aparece solo cuando podemos trabajar con las cualidades egoístas en forma positiva. El más grande egoísta tiene la oportunidad de ser el mayor villano o el más santo.

Sin embargo, las tribus del pueblo de Israel no difieren solo por la medida cuantitativa de egoísmo (grande o pequeño), sino también por su cualidad y carácter. Todas las tribus son muy diferentes, por lo tanto, es muy importante utilizar cada una de ellas de acuerdo a su fuente y sólo al grado de su crecimiento sincrónico, manteniendo el balance entre ellas en cada grado.

Esta es la definición correcta para el desarrollo del pueblo de Israel. Si lo hubiéramos mantenido desde el momento en que llegamos a esta tierra y nos desarrollamos, todo habría estado bien. Sin embargo, el hecho es que nosotros alcanzamos nuestra correcta conexión durante el período del Primer Templo y luego tuvimos que conectar con todo el mundo. Esta fue la razón de la caída y el rompimiento, para la así llamada “destrucción del Templo”, que significa la correcta conexión entre nosotros.  

Y ahora, después de que la nación de Israel ha incorporado dentro de sí a todas las naciones del mundo, debemos levantarnos juntos. Durante este ascenso, cada persona descubrirá en la nación, su tribu. Aunque todos tenemos muchas cualidades mixtas, éstas son sólo materiales, para las que no trabajamos en el sentido espiritual, caemos del mundo espiritual. Y la mezcla con todas las naciones del mundo en el nivel material no es tan importante.
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De Kabtv “Nueva vida” 1/dic/16

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