El Creador representa en ti la imagen del mundo

Mi influencia sobre el entorno determina lo que recibo de él, lo que el grupo será, lo que mi mundo será y lo que yo seré. Necesitamos entender que el entorno es lo que el Creador representa en mi y que no es fijo. Cada quien tiene su propia imagen y no podemos combinar, agregar, ensamblar, comparar y unir estas imágenes, porque son totalmente individuales. Por lo tanto al influir en el entorno, influyo sobre mí. 

Cada uno debe decir “Todo el mundo fue creado sólo para mí”, lo que significa que debo entender y constantemente preocuparme por la corrección del mundo, satisfacer sus necesidades y rezar por el mundo. Todo el mundo es mi deseo, en el cual veo específicamente mi propio estado y ese es mi mundo. Si cambio mis deseos y mis cualidades, entonces el mundo que imagino también cambiará. 

Sin embargo, para cambiar correctamente mis deseos, de forma selectiva, a través de mi propia decisión, debo estar en un grupo que me ayude a cambiar mis deseos por otros más elevados. Así, me sentiré cada vez más bajo y por lo tanto, anhelaré estar cada vez más arriba, para ascender y ver los mundos superiores. Cada imagen que veo se conoce como un mundo. 

La capacidad de ver el ascenso constante, es decir, los mundos superiores, se alcanza al incluirnos en el grupo y recibir los deseos en él, que son cada vez más grandes que mis deseos egoístas. Todo mi trabajo para el entorno es, de hecho, trabajo para mi. En esta forma, crezco y me desarrollo. 

Así que, cuando una persona dice “El mundo fue creado sólo para mí”, realmente es así. Pero, no es para recibir el mundo entero, sino para corregirme y superar el mundo que siento, por otro al más alto nivel, por el mundo en el cual existe sólo el Creador. Sentiremos este mundo en el grupo, en la decena, sólo así alcanzamos una percepción del mundo, absolutamente clara, como HaVaYaH —la decena, diez Sefirot en las que el Creador es revelado en toda Su fuerza.1

Aquél que desea alcanzar equivalencia de forma con el Creador, no debe pensar que tiene el control. No debe haber dichos cuestionamientos en el horizonte; finalmente, el Creador no piensa en ello. No hay mayor disparidad de forma que cuando una persona se preocupa por su influencia en el mundo, en el grupo. Debe deshacerse de tales preocupaciones y entregarlo todo al Creador. Por lo tanto, cualquiera que piense en su propio control sobre sí mismo y sobre el grupo, está sin duda separado del Creador y nunca alcanzará equivalencia de forma con Él.  

Todas las acciones de una persona deben estar dirigidas a la adhesión con el Creador, es decir, hacia el otorgamiento y para beneficio de los demás, eso es la condición para la total adhesión con el Creador. Uno debe intentar desconectarse de su propio “Yo”, de cualquier interferencia en sí mismo y en el mundo y dirigirse sólo hacia el otorgamiento, para ayudar, para dar, para influir de buena forma, para entregar fuerza positiva y nada más. Así estaremos cerca del Creador, sintiéndolo a Él cada vez más como nuestro socio.2

Del congreso en Moldova, día uno”, 6/sep/19, lección 3 “Cómo puedo afectar a la sociedad”

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