Toda la gente en el mundo se queja de su vida y por supuesto todos tienen razón, hasta cierto punto o tal vez completamente. Después de todo, él no es quien se pone en problemas, su naturaleza, su falta de entendimiento y su falta de habilidad para ver el futuro, en un mundo impredecible. Entonces, ¿cómo podemos culpar a una persona?
Si observamos el destino de cada individuo y la forma en que se comporta, descubriremos que cada uno nació, vive y muere en contra de su voluntad. Y sus acciones son determinadas por una serie de circunstancias y atributos, no por su voluntad. Entonces, la persona nunca es libre.
Y en este caso, ¡no hay nada que le podamos exigir!
Aquí, el verdadero culpable y responsable de todo lo que pasa es revelado, es el que lo creó todo y también está preparado para ser culpado y juzgado. Porque en el juicio del Creador, con todas nuestras acusaciones y quejas, descubriremos Su actitud hacia nosotros, la razón por la que a propósito Él nos creó tan pequeños y por qué somos castigados por nosotros mismos y por la naturaleza. Aprenderemos el propósito de nuestra creación y nuestro destino, por qué nacimos y morimos con tanto dolor. Eventualmente comenzaremos a entender que todas nuestras quejas son hacia nuestro Creador y en realidad, ¡es a Él al que queremos llevar a juicio!
La única sabiduría en el mundo que puede ayudarnos es la sabiduría de la Cabalá. Que aclara el problema de las relaciones mutuas entre una persona y el Creador y por lo tanto, es la principal sabiduría en el mundo, porque no hay nada más importante para una persona que la clarificación de esas relaciones mutuas y de hecho, nada importa realmente, excepto eso. ¡La razón es que, simplemente no hay nada más que eso en la naturaleza! El Creador hace todo, ¿pero la persona está dispuesta a perdonar y a agradecerle a Él por lo que Él le hace, para llevarla al estado pleno?
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