Investigando la naturaleza, descubrimos que toda la materia está formada por partículas elementales y energía. Penetrando cada vez más profundamente en el estudio de la materia, de las partículas pasamos a las ondas, es decir, a las fuerzas. Habiendo desaparecido la materia, quedan las fuerzas, dentro de las cuáles se encuentra la Luz Superior.
Para que pueda resultar identificadas por nosotros, estas fuerzas adoptan la forma de materia inanimada – planta, animal o persona – pero son solamente las fuerzas.
Como la imagen en la pantalla del televisor es creada por fuerzas electromagnéticas, así las fuerzas dibujan para nosotros el cuadro de la realidad, dando la sensación de este mundo y de nosotros mismos.
Pero habiendo profundizado en este micro mundo, incluso no podremos ver las ondas. Todo desaparece: como si esto fuera una hoja en blanco nunca tocada por un lapicero.
Así nuestra investigación de la realidad pasará de la observación de los objetos materiales a los átomos, las ondas y finalmente… a la vacuidad.
La investigación de la materia nos hace retornar a la causa de su surgimiento: la Luz Superior. Para sentirlo e investigarlo, los investigadores deben cambiarse.
(Extracto de la tercera parte de la lección diaria de Cabalá)
Unicàmente un verdadero investigador puede objetivamente estudiar la realidad
El efecto cuántico hamlet o cómo ser el hamlet de toda la realidad
Nuestro mundo es como una pared que oculta la verdadera realidad