El nacimiento del alma de los justos

Sus almas, vienen y se impregnan en una persona, en lo que se llama impregnación para ayudarle en el trabajo del Creador (Rabash, Artículo 10, 1984 “¿Cuál es el grado que uno debe alcanzar para no tener que reencarnarse?”).

Ibur” es la concepción del alma de los justos, a la que debemos dar la bienvenida, y necesitamos crear todas las condiciones posibles para que las personas que comienzan a estudiar Cabalá puedan aprender y elevarse a este nivel.

El propio hombre participa en parte en esta concepción al aprender a estar en buenas relaciones con los demás. En principio el hombre no tiene alma, sino solo el potencial para su desarrollo, y solamente se concibe cuando trabaja en grupo.

Pregunta:

 ¿Resulta que el alma no es algo personal, sino una especie de inclusión?

Respuesta:

El alma es una construcción general que lo incluye todo. Pero cada persona puede instar independientemente el desarrollo especial de su alma, ya que cada uno tiene una partícula del alma común. Y cuando uno revela esto, alcanza su parte con respecto al alma común.

Pregunta:

 ¿Solo su parte, pero no el alma común?

Respuesta:

No, no puede revelar toda su alma. Es suficiente que revele solo su parte, y entonces tiene lugar la unificación, la inclusión de las almas entre sí y el proceso posterior de corrección.

Seguir leyendo   Alcanzando el alma común

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