El propósito de nuestra existencia

Después de la restricción y la pantalla que fueron hechas sobre el deseo de recibir, resultó una vasija inadecuada para la recepción, que se desprendió del sistema de Kedushá [santidad]. En su adaptación, la Luz Retornante, sirve como vasija de recepción y la vasija del deseo de recibir fué entregada al sistema de Tuma’a [impureza]. (Baal HaSulam, El Estudio de las Diez Sefirot, parte 1, “Observación interna”, Capítulo 3, Punto 15). 

 

Esto es sobre el placer y el sufrimiento. Los placeres son atraídos por el deseo de recibir y el sufrimiento lo repele. Esto es natural. 

 

Dado que el deseo del Creador, es dar placer a Sus creados, tenemos que llegar a un estado en el que aceptamos este placer superior y estamos satisfechos con ello, pero no por nuestro propio beneficio, ni por nuestro propio placer, sino para beneficiar al Creador, con el fin de dar contento a Él.  

 

Esto, en principio, es el propósito de nuestra existencia: estar satisfechos con beneficiar al Creador. 

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