Se dice que: «Aquellos que aman al Creador, odian la maldad». «Es decir, se nos da un punto de referencia: Si estás en el estado de amor por el Creador, entonces odias la maldad, odias el egoísmo, y esto se debe sentir simultáneamente; de lo contrario, te estarías desviando de la dirección. Creerás que amas al Creador, pero si al mismo tiempo no sientes el odio hacia el egoísmo, entonces no tienes ninguna dirección, se desvanece. Para alinearlo, para trazar una línea recta, por un una parte tienes que reforzar el odio hacia la maldad, y luego el segundo punto estará precisamente dirigido hacia el amor por el Creador. No sabemos lo que es el Creador ni el amor por Él. Pero si comenzamos con el odio hacia el egoísmo, esto ya es una dirección.
En este caso se dice que: «Aquellos que aman al Creador, odian la maldad», y ellos son a quienes el Creador salva de esta maldad. Por lo tanto, nuestro trabajo es rechazar y repeler el egoísmo y atraer la bondad, el otorgamiento y el amor.
(76120 De la Convención de Vilna 25 de marzo del 2012, Lección 5)
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