En la resonancia de sensaciones

Pregunta: Al diseminar el mensaje de unidad en el mundo, traemos la fuerza de la Luz ¿Cuál es la mejor manera de conducir la Luz hacia una persona? ¿Cómo podemos sentirlo a él?

Respuesta: La Luz fluye de deseo en deseo. Las palabras no son tan efectivas porque son algo externo. Mediante palabras, tocamos a un hombre con el rígido mecanismo de la percepción estándar: Él estaba acostumbrado a diferentes opiniones; él puede resistirse a causa de su orgullo; él no está de acuerdo contigo a causa de sus propias sensaciones, a pesar de los beneficios que podría obtener.

No importa lo que tratemos de comunicar a una persona, es deseable vestirlo en el menor número posible de capas. Y el lenguaje es un tipo de vestidura muy “denso”. Después de todo, las palabras deben pasar a través de la mente de una persona, restringidas por demasiados factores.

La mejor manera de enviar nuestro mensaje es emocionalmente, compartiendo la sensación de aquel al que nos dirigimos, imbuidos con su entusiasmo, porque el deseo no piensa, sino que siente. Debemos tirar de nuestro deseo junto con su deseo, resonar con sus sensaciones, y entonces le irradiarás a la persona lo que quieres. Y tu deseo contiene la Luz que Reforma.

Si envías un mensaje a través de un sistema racional, permanece externo y difícil de digerir. Este es un camino seguro hacia el fracaso. Las personas usualmente no son inspiradas por los frutos de la razón. Existen bastantes personas inteligentes en el mundo: Hoy, me convenciste de algo, y mañana yo seré capaz de convencerte.

Por otra parte, la respuesta emocional es almacenada como “registros” (Reshimó), e incluso tras diez años una persona puede regresar a ello. Incluso un pensamiento casual es suficiente, y él recordará la escena, la situación que una vez experimentó. El conocimiento y los pensamientos se olvidan, pero las sensaciones siempre permanecen.

Es muy importante: No importa a qué audiencia nos dirigimos, incluso científicos, debemos portar la sensación, eso producirá una respuesta. Nos dirigimos al deseo, a las necesidades humanas, y tratamos de dar una respuesta a aquello de lo que él carece, dar una solución a sus problemas, o al menos una esperanza de solución.

Esto requiere de discusiones en mesas redondas, talleres, y actividades de colaboración que lleven una sensación agradable, como si invitáramos a una persona a pasar un buen rato: “Hagámoslo, y te alegrarás. Verás que no todo es malo en la vida, que existe otro lado”.

Es como una droga que los cabalistas llaman “elíxir de vida”. No intoxica, no desconecta de la realidad, sino que lo ayuda a uno a superarla, y esta la diferencia con las drogas reales. Debido a las emociones positivas y la inspiración, las personas comienzan a apreciar la unidad y continúan en el camino.

Lo mismo se aplica a los niños, incluso los más pequeños. Deben saber que si juegan juntos amablemente, obtendrán un premio. La unidad no hace surgir todavía sus sensaciones positivas, y es por eso que les damos dulces y regalos, por los cuales deben permanecer juntos. Serán diez veces más amigables uno con otro en anticipación del premio, y después el hábito se vuelve una segunda naturaleza. Después de todo, ya han aprendido a jugar muchos juegos juntos y ya adoptaron una forma común. Por cierto, los adultos siguen el mismo camino: Llegan con sus familias, pasan un buen rato, y se sonríen entre sí; esos son sus “dulces” que los ayudan a acostumbrarse a actuar juntos. Mientras tanto, noticias de unidad son “traducidas” en sus corazones.

Una buena actitud sana muchas heridas. El 90% de las enfermedades en nuestras vidas pueden ser curadas sólo con una buena actitud, sin añadir nada más allá de esto. Muéstrale tu compasión a una persona, y reducirás su dolor a la mitad. Muéstrale que le importas, y te llevarás la mitad del dolor que resta. Esta es nuestra sicología porque juntos estamos en un sistema común. Que es por lo que tal actitud ciertamente causará una respuesta. Dale a una persona un obsequio, y te verá de forma diferente. No tiene opción en esto.

Es por eso que necesitamos explicarles y demostrarles a las personas hasta que ellos mismos busquen buenas relaciones, como los niños se sienten atraídos a los dulces. Después de todo, nuestro deseo requiere de placer entonces dejemos que una persona disfrute del placer de esas acciones que los llevan a la meta. Incluso si él aún no lo sabe, pero tú lo sabes.

Tú quieres dirigir al mundo hacia el Creador. Tratas a las personas con amor y entendimiento. Algunas veces necesitas firmeza, pero en general, actúas suavemente, y está garantizado que funcione.

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De la cuarta parte de la Lección diaria de Cabalá 7 de agosto del 2012, “Introducción a El Libro del Zóhar”

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