En un solo campo

Todos estamos en un campo único como partículas permanentemente conectadas, pero esta conexión original nuestra es como un circuito electrónico que existe y ya está; cómo funcionará y qué programa llevará a cabo depende de nosotros.

 

Cuando se compra un ordenador no se vuelven a soldar los circuitos ni se cambia ninguna placa, ya existen. Pero cómo cargar el ordenador, qué programa ejecutará y qué datos calculará,depende de ti.

 

Eso es lo que hacemos nosotros, ni siquiera instalamos un programa en este sistema, funciona por sí mismo; lleva a todas las partes de la creación que están conectadas en un único organismo llamado «Adán», un único sistema, a sentir esta conexión general.

 

Hay dos estados en la aplicación de este programa, en los cuales debemos sentirnos en una sola conexión. 

 

O caminamos y a cada paso el sistema nos empuja hacia adelante, es decir, evoca en nosotros algunos impulsos negativos que involuntariamente tenemos que superar porque sentimos dolor como si recibiéramos una descarga eléctrica mientras gritamos “¡Ay!” y corremos en algún lugar en la dirección opuesta al choque. De esta manera creamos algún tipo de conexión, pero es un despertar no deseado entre nosotros.

 

O nos damos cuenta de que estamos en relación con este sistema que se manifiesta ahora en toda la humanidad, en todos los niveles de nuestra conexión. Vemos nuestro desacuerdo con la conexión integral; esto se llama crisis.

 

Al final, debemos estar de acuerdo con la forma en que estamos conectados, todos juntos, en un único sistema, completamente interconectado en amistad y amor, en el que todos nuestros deseos, pensamientos y propiedades estarán dirigidos solo por el trabajo original del sistema para que no lo dañemos con nuestro egoísmo, sino que corrijamos el ego para que se convierta en una buena interacción. 

 

 

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