Nosotros no podemos estar simultáneamente en intenciones egoístas y altruistas, deseos y metas. Estas son dos propiedades opuestas, que se cancelan entre sí. Así que si elogio el otorgamiento y la Luz, si exalto la habilidad de dar un paso afuera y ascender por encima de mí y si siento cómo mis amigos me estuvieran apoyando, si tengo la sensación de cuánto me protege esto, me inspira y me llena, si siento el disfrute, el amor y la entrega, entonces no queda ningún lugar donde yo pueda pensar acerca de mí, simplemente me disuelvo en el amor y preocupación de ellos.
Por lo tanto, cuando las personas están jugando y actuando este estado, a través de esto evocan la Luz Circundante sobre sí mismos. Ella gradualmente los impulsa hacia arriba y los conduce a ese estado. Y luego, la preocupación de la persona por sí misma, muere involuntariamente. Él o ella existen en el plano terrenal sólo en la medida necesaria para apoyar simplemente su existencia y nada más que eso. Y esta condición es la más cómoda para nuestro cuerpo, para nuestro egoísmo.
Entonces los esfuerzos de todas las personas toman forma involuntariamente y se suman a una sola intención, otorgar. Y dentro de ella, en esta intención para otorgar, dentro de la Luz de Jassadim, la persona comienza ahora a sentir la revelación, el llenado y la calidez del Creador. La persona descubre propiedades completamente diferentes y otras posibilidades. De repente estas aparecen de la nada. Antes, la persona simplemente no las sentía y ahora las revela.
Nosotros tenemos que intentar combinar nuestros esfuerzos, como los niños que están jugando juntos el mismo juego, no está uno contra el otro, sino juntos y no debemos olvidar el hecho de que son específicamente nuestras impresiones colectivas y nuestra integración y conexión de los unos con los otros, lo que nos provee la fuerza del ascenso.
(75712 – De la Convención en Vilna del 23 de Marzo del 2012, Lección 1)