Comentario: Hoy solo hay una capa muy delgada de gente que siente, entiende y piensa en el significado de la vida.
Mi respuesta: El resto no desea hacerlo, vive automáticamente. El noventa por ciento de la gente en la tierra no sabe por qué ni cómo vive, solo se alimenta y se reproduce. Solo una pequeña parte se pregunta sobre el significado de la vida y entiende el por qué, el cómo y el qué en relación con la naturaleza de su vida. Hay muy pocos, un par de millones en la Tierra.
Pero todos deben corregirse, porque representamos un cuerpo enorme, en el que hay carne, órganos y un pequeño cerebro. En el cerebro está una pequeña bola que lo controla todo, una especie de microprocesador. No hay nada más. Lo demás es el cuerpo y está subordinado.
Así son todos. Simplemente deben entender que no hay otra forma y que necesitan escuchar a ese pequeño cerebro: “¡Quiero escucharlo, tengo que hacerlo! Quiero aferrarme, unirme, afianzarlo asegurarme una buena vida”. Eso es todo. Están en un nivel tan animal que no necesitan nada más.
Solo aquellos que entienden, comprenden y absorben la imagen completa de la creación y toda su grandeza, su esquema y sistema son los conductos de luz hacia nuestro mundo para los menos afortunados.
Estos especiales no viven para sí mismos, sino para la humanidad. Y en la humanidad existe uno para otro en recepción de la luz desde arriba, desde un pequeño sistema cerebral que nos permite vivir en armonía, incluso sin comprender ni sentir el enorme trabajo que hay en la conexión entre todos, en el alma común.
Como resultado, todos llegaremos a la corrección total y ascenderemos gradualmente al siguiente grado del sentimiento del universo.
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