Cuando tratamos el tema de la Pascua, no estudiamos los detalles de la fiesta según el calendario en la pared, sino el camino espiritual y el progreso hacia la corrección final. Este camino no es corto e incluye muchas etapas. La primera etapa es comenzar a relacionarse correctamente con tu deseo de recibir, con tu naturaleza, para entender por qué este estado se llama exilio o Egipto.
Todo el que quiera llegar a la tierra de Israel, ascender a los grados espirituales superiores, debe pasar primero por el exilio en Egipto. Estudiamos la espiritualidad en estado de exilio, es decir, cuando estamos alejados de la espiritualidad.
El exilio nos enseña y educa y nos formatea en la forma correcta. Cuando nos demos cuenta de que es absolutamente necesario, entonces podremos salir del exilio hacia la redención. La redención es imposible sin un exilio previo.
¿Qué es este exilio? No son los problemas corporales, el sufrimiento del hambre, la sed o el trabajo duro. El exilio debe representarse como un exilio de la espiritualidad, pero aún no sabemos qué es la espiritualidad; sin embargo, es precisamente en el momento en que nos encontramos en estado de exilio cuando empezamos a sentir lo que debería ser, dónde existe, por qué estamos lejos de ella y qué nos falta.
Así es como empezamos gradualmente a recibir Kelim, deseos de espiritualidad. Cuando estos deseos alcanzan una medida plena, escapamos del estado de exilio. Realmente se vuelve insoportable para nosotros, y no podemos permanecer en él.
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