Pregunta:
Existe un principio en el trabajo espiritual: “No renuncies a la misericordia”. Resulta que el Creador está esperando hasta que la persona grita. Él espera que nuestras plegarias salgan del corazón roto y fragmentado. ¿Quién quiere pasar por esos estados? ¿Es esta la razón por la que solo unos cuántos estudian Cabalá?
Respuesta:
La misericordia y el amor al Creador, de quien se dice que nos ama y desea solo lo bueno para todos. Él es el único que lleva a la persona a tales estados, en los que la obliga inevitablemente a desesperarse y a dirigirse a Él.
¿Por qué tiene Él que llevarnos a este punto? Es porque existimos en estado opuesto al Creador, en el egoísmo, en la cualidad de recepción. Sin embargo, el Creador existe en la cualidad opuesta a nosotros, en otorgamiento. Por eso somos polarmente opuestos.
Así nos podemos acercar al Creador, solo si cambiamos o intentamos al menos querer cambiar nuestros deseos egoístas de recibir, por deseos altruistas de otorgar.
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