En algunas ocasiones mi computadora se descompone y llamo al técnico para que la arregle. Él viene y me explica que necesito reemplazar mi disco duro, agregar algún programa, que la computadora ha quedado infectada por un virus, etc. Yo no entiendo nada de esto. Sólo veo el cuadro exterior, mientras que él habla del cuadro interior.
Ayer, en las noticias, apareció una nota informando sobre cuántas personas han sido despedidas de sus empleos en Israel y en el resto del mundo, sobre la situación que enfrenta el planeta, los problemas que se perfilan, y el hecho que nadie ve llegar el final de todos estos problemas. El proceso no le queda claro a nadie y es imposible hacer cálculos porque no existe una «fórmula» para esto.
Esta es la parte externa de la situación. Entretanto, en el interior, si lo transponemos a una computadora, llamaríamos a un técnico y le diríamos. «Arréglela». Y lo mismo ocurre aquí: estamos examinando la crisis desde el punto de vista de una persona común, que ve la pantalla de la computadora y dice, «Tenemos una reducción de recursos, acá tenemos otros problemas y tenemos que hacer algo al respecto». Sin embargo, cuando llega el técnico, nos explica que tiene que hacer una potencialización, renovando las partes y el software y que de esta forma mejorarán las funciones. Usted le dirá, «Mire, yo no sé nada de eso. Únicamente quiero que el problema de la pantalla desaparezca.»
Bueno, esto es imposible. Tenemos que aprender los cambios que deben efectuarse dentro del sistema y entonces la parte externa se corregirá también. Nuestro mundo se trasforma. Hasta ahora vivíamos, ganábamos dinero y cosechábamos dentro de condiciones particulares en nuestra sociedad. Ahora, sin embargo, con el fin de ganarnos la vida, nos tenemos que modernizar, mejorar y tomar en cuenta las condiciones naturales actuales, que son más complejas.
Se les está prometiendo una mejora salarial, y no se les permitirá conservar el anterior. Lo que está ocurriendo es la modernización y la Naturaleza nos la está imponiendo.
Con el fin de cultivar, debemos tomar en cuenta los parámetros que existen en la Naturaleza, pero para educar a un ser humano, existe una sola condición: estar conectados con los otros. Debemos aprender cómo hacerlo y sólo entonces nos corregiremos. Seremos mejores y el mundo también se va a transformar. Las condiciones son sencillas: la Naturaleza nos revela la falta de la conexión adecuada entre las personas. Todos afectamos a los demás, pero los afectamos negativamente. Y esto tiene que corregirse. No hay nada difícil en ello.
(Tomado de la lección sobre el artículo de Baal HaSulam, Un Precepto, impartida el 5 de marzo de 2009)