En las noticias (traducido de Interfax): El Arzobispo de Yekaterinburg manifestó: «Dos empresarios vinieron a verme para solicitar que sea su garante. Tenían temor de firmar un acuerdo porque sospechaban que el otro podría engañarlo. ¿¡Si hemos llegado a tal punto de desconfianza, entonces que podemos pensar de nuestra economía!? Hemos endurecido tanto nuestros corazones que las personas desean riquezas ilimitadas sin realizar grandes esfuerzos. La falta de integridad no nos permite hacer negocios.
Mi comentario: Esta situación no durará mucho tiempo: los hombres de negocios aún piensan que el Arzobispo es una autoridad para el otro. ¿Pero, si esto no fuera verdad, y uno de ellos decide cometer un fraude y desaparece? ¿El Arzobispo va a dar la cara y asumir la responsabilidad de esta persona?
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