Pregunta: Biólogos han descubierto que muchos organismos vivos pueden tomar decisiones colectivas. Por ejemplo, en algunos ambientes de bacterias, la uniformidad se logra por la liberación de un químico específico. Puede ser por una señal de peligro por la que se comunican de esta manera.
Un banco de peces reconoce a un depredador más rápido y con mayor precisión que un pez individual. Una persona sola, incluso la más inteligente, con un alto coeficiente intelectual, no pueden resolver los problemas que resuelve un equipo. Es decir, hay manifestaciones claras de la mente colectiva.
Pero aquí hay una paradoja: por un lado, la naturaleza desarrolla nuestra individualidad a lo largo de la historia. Por otro, observamos que no es el más fuerte el que sobrevive, sino el que está más adaptado para cooperar ¿cómo se puede resolver esta paradoja?
Respuesta: La individualidad no debe ser contraria a la integralidad, la reciprocidad o la conexión correcta.
Hay elementos separados en todo sistema. Cada uno es muy importante y perfecto a su manera. Pero la interacción debe calibrarse para que, en sus sentimientos, influencia y combinaciones, sientan que se guían por su interconexión común. Por lo tanto, uno no contradice al otro.
Por un lado, nos gustaría reunir un equipo que consistiría en genios y personas extraordinarias. Por otro, debe haber interacción absoluta, conexión e integración entre ellos. De lo contrario, ¿de qué sirven estos individuos?
Pregunta: Entonces ¿la selección natural y la coevolución parecen existir juntas?
Respuesta: El hecho es que la evolución nos la da la naturaleza. Pero junto con la evolución o tal vez de alguna manera contraria a ella, la naturaleza nos exige unirnos y estar más interconectados con cada generación. No lo hemos hecho durante muchas generaciones, por eso, sufrimos tanto.
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De Kabtv «Era post coronavirus» 30/abr/20
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