La cueva de los antepasados ​​y sus propiedades

Zóhar para todos, Lej Leja, ítem 104: Cuando Ruaj sale de este mundo y entra en la cueva de Adam HaRishón y los patriarcas, le dan una carta como señal y va al Jardín del Edén. Cuando se acerca, encuentra a los querubines y la espada de fuego que gira en todos los sentidos. Si es recompensado, ve la letra que es la señal, le abren la puerta y entra. Si no, lo repelen afuera.

Desde el punto de vista espiritual, cueva es el lugar donde el hombre pasa nueve meses de desarrollo intrauterino y vive allí. En otras palabras, cueva es el nivel inanimado, el hábitat que te rodea. Inicialmente, la gente vivió en cuevas, porque el microclima de una cueva es el mejor para el hombre. La gente sabía elegir un lugar favorable para vivir.

La cueva tiene propiedades especiales; estamos rodeados por el poder de la Tierra por todos lados. No lo sentimos porque vivimos en edificios de gran altura, en pisos sobre el suelo. Y de acuerdo con Cabalá, el hombre no debe alejarse demasiado de la tierra. Por supuesto, en nuestro tiempo, esto ya no importa. Debemos usar otras fuerzas.

Cuando el hombre alcanza el estado de entrar en la cueva de los antepasados, ​​donde se encuentran Abraham, Isaac y Jacob, las tres líneas, encuentra con estas propiedades básicas de la raíz de su alma. Adam HaRishón, de quien vienen estas tres propiedades espirituales, también está allí.

Esta cueva también se llama Macpelah, que significa cueva doble, es decir, la unión de Bina y Maljut.

No es sólo una cueva. Podemos decir que hay otro en él: Maljut y Bina en Maljut o Bina y Maljut en Bina. Es decir, de las dos propiedades de Biná y Maljut, se obtienen cuatro propiedades: Maljut, Biná, Biná en Maljuty Maljut en Biná.

Estas son las cuatro propiedades llamadas por el nombre del Creador: Yod-Hey-VavHey o HaVaYaH. Cuando el hombre las descubre en sí mismo y las moldea correctamente, puede percibir quién lo creó y quién lo dirige.

Las cuatro letras le dan la primera cualidad espiritual por la que asciende y se vuelve cada vez más similar al Creador. Así, llega a las puertas del Jardín del Edén. Si se prepara correctamente, entonces, los ángeles, es decir, las fuerzas, que ahora deberían revelar en él, el estado llamado Jardín del Edén, actúan sobre él.

Y si no está preparado, incluso a pesar de que recibió todos los ingredientes: la reunión de los Antepasados ​​como la llamada carta (Igeret, Mikhtav), no alcanza el nivel del Jardín del Edén, no puede revelar esta propiedad en sí mismo y debe bajar y comenzar su ascenso nuevamente.
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De Kabtv «El poder de El libro del Zóhar» #19

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