La Luz dentro de un cristal

¿Cuáles son nuestras cualidades y cómo se conectan con el deseo? Después de todo, el deseo de disfrutar es lo único que tenemos.

En primer lugar, estas varían en fuerza (P). Pero, ¿existe otro parámetro por el cual podamos medirlas? Sí, existe: es el límite (H). Además de los diferentes grados de poder, estas también se dividen en diferentes grados de limitación.

Inicialmente ninguno de mis deseos es limitado. Pero cuando tomo un deseo y comienzo a imponer una restricción en él, la forma que emerge me da cierta cualidad. Por lo tanto, cada cualidad se crea a partir de una restricción específica de la fuerza de cierto deseo. Mis deseos se distribuyen a lo largo de la escala de poder, pero eso no es suficiente: precisamente su limitación crea formas o cualidades en mí.

Imaginemos nuestra totalidad en forma de un cristal grande que se compone de muchos cristales pequeños. La Luz Circundante se derrama sobre este cristal. ¿Cómo penetra esta en el interior y llegar a cada pequeño cristal? ¿Cómo se expande y difunde entre ellos? ¿Cómo llenar la estructura general? Todos participan en esto: Cada parte limita las demás, cada uno forma al amigo y le pasa la Luz a él, y cada uno recibe la Luz del amigo después de pasar a través de los demás.

Tal vez el ejemplo de una estructura de cristal, hará que sea más fácil entender cómo pasa la Luz a través de cada uno y fluye a través de todos los ejes. Esto es determinado por medio de la correspondencia total, mutua de nuestras cualidades. Obviamente, cada pequeño cristal tiene su estructura interna.

No podemos cambiarla, pero podemos deformarla y distorsionar la conexión. Entonces, necesitaremos mucho tiempo para la corrección. Eso significa que lo único que el mundo necesita es una optimización de la conexión entre las personas. Nuestra conexión es lo más importante, por eso instamos a la gente constantemente a unirse por encima de todas las diferencias.

En realidad, todas mis cualidades se corresponden precisamente con la cualidad de todos los demás, al ser un segmento insustituible del sistema común. Por lo tanto, no podemos tratar de cambiar nada en la persona, suprimir ninguna parte de él, cortar ninguna parte, ni por el contrario tratar de hacerlo crecer un poco más. Sólo debemos asegurarnos de que se desarrolle en la interconexión correcta con los demás, mientras que todo se preserva tácitamente en él hasta el momento correcto.

Por lo tanto, no tocamos los aspectos espirituales de la persona. La desesperación, euforia, confusión, no importa lo que le sobrevenga, nosotros sólo le ofrecemos apoyo general, envolviéndolo en calidez, mientras acatamos inmutablemente el principio, «educa al niño en su camino». Después de todo, todas las cualidades de uno se ajustan a la totalidad de la humanidad, y si algo en él es dañado, todo el sistema se daña. Este es un aspecto muy importante en la educación.

(65084 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 2/1/12, «La Libertad»)

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