La mujer del siglo 21 y el liderazgo masculino (Parte 2)

¿Cuál es la diferencia entre los estilos de liderazgo masculino y femenino y cómo podemos combinar ambos?

Si un líder, ya sea hombre o mujer, no conoce el propósito y el programa de la creación y cómo liderar para progresar hacia lo que la naturaleza requiere de nosotros, entonces nada bueno saldrá de él. En primer lugar, es necesaria una educación integral y, como consecuencia, las mujeres ocuparán puestos más importantes en la sociedad.

Tal es el llamado de la época. Hasta el comienzo del último período, mientras la humanidad no ha entrado en la etapa de la corrección final conectándose, estudiando la ciencia de la Cabalá, organizándose en decenas, la sociedad era gobernada por los hombres. Pero tan pronto como comencemos a difundir la metodología de la educación integral y comencemos a trabajar en decenas, para restaurar la única gran alma común de Adam HaRishón, las mujeres saldrán adelante.

Los hombres participarán más en la organización de las decenas y las estructuras internas de la sociedad, y las mujeres asumirán más el liderazgo externo. Por eso sigo repitiendo que la difusión es sobre todo un trabajo de mujeres.

La misma mujer que siempre ha permanecido en la sombra, de repente tiene que pasar a la primera línea y participar en la reconstrucción de la sociedad. Y es interesante que los hombres estén de acuerdo con esto. La naturaleza deja que una mujer se adelante y nadie protesta. Esto es un milagro que nunca ha ocurrido en la historia. Y este proceso ha estado ocurriendo durante los últimos cien años.

La mujer siempre ha tenido una inclinación por el liderazgo, pero antes era a pequeña escala y no iba más allá de la casa. Un hombre no es capaz de gestionar la casa; nunca sabe dónde está todo. Su forma de pensar no está adaptada para ese trabajo y la mujer siempre ha estado a cargo de la casa.

Pero con el tiempo ha habido un cambio. Y esto es una consecuencia de la organización interna del alma, que se acerca gradualmente a la corrección. Como resultado, la luz pasó de arriba a través de las Sefirot Kéter, Jojmá, etc., a Maljut y comenzó a llegar a la mujer cada vez más. Por lo tanto, la mujer sintió que comprendía más los cambios que se estaban produciendo en el mundo y estaba dispuesta a expresar sus opiniones sobre cuestiones importantes.

Esto ya no se limita a saber dónde están la sal y la pimienta en la cocina. Una mujer está preparada para dar consejos a los hombres -a su marido, al gobierno y al parlamento- y ofrecer una solución. Ya no se trata de cómo cocinar la sopa, sino de cómo hacer política. Y todo porque ha llegado el momento en que la luz superior se ha acercado a Maljut y la ha iluminado.

Por lo tanto, una mujer se siente capaz de trabajar con esto. Ella es capaz de restablecer el orden en el mundo mejor que un hombre porque pertenece a la última Sefirá, y al elevar la luz retornante, conecta todas las Sefirot situadas frente a ella. Por lo tanto, es capaz de manejarlas todas.

El hombre se queda con su papel específico, y la mujer adquiere el poder de controlar a todo el mundo, como hace con los niños en el jardín de infancia. Ella maneja todos los asuntos.

No todo el mundo puede ser como Margaret Thatcher o Golda Meir, pero, sin embargo, cualquier mujer tiene habilidades especiales en la gestión. Creo que en nuestra época es necesario sustituir a los hombres por mujeres en los parlamentos. Sabemos que habrá orden en cualquier lugar donde trabaje una mujer. El mundo no necesita el poder explosivo de un hombre, sino el liderazgo moderado y equilibrado de una mujer, libre de todos los cálculos mezquinos que a veces son característicos de las mujeres.

Una mujer que puede sopesar todo bien y correctamente y que percibe su país como su hogar, importante y querido para ella, es capaz de conciliar todas las corrientes y partidos contradictorios y equilibrarlo todo. Solo una mujer puede hacerlo.

 

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