He recibido muchas cartas describiendo las impresiones de la gente durante el Congreso y pienso que debemos compartirlas con todos:
… Para ser honesto, basándome en mis experiencias anteriores, esperaba tener un descenso después del Congreso, pero esta vez algo distinto sucedió. ¡Estaba conduciendo hacia mi trabajo a la mañana siguiente y de pronto comprendí que el mundo ha cambiado después del Congreso! Esto no fue tan sólo una sensación, sino una epifanía. De pronto, he visto claramente cómo será el mundo y cómo funcionará, inversamente, para otorgamiento en lugar de recepción.
Durante mucho tiempo me he estado preguntando cómo funcionaría todo, porque todas las industrias y la sociedad en general están basadas en la recepción. Pero, de pronto lo percibí claramente: vi las sonrisas en los rostros de la gente, vi su deseo de lograr que los demás se sintieran bien. Todo el mundo a mí alrededor se portaba como lo hicimos en el Congreso: sus caras brillaban, la televisión y la radio transmitían noticias positivas y el atributo de otorgamiento se anunciaba en todo su amplitud. Todo a mí alrededor irradiaba Luz y estaba envuelto en una nube de alegría. Se percibe como si el Congreso hubiera cambiado este mundo. Todo alrededor de nosotros ha cambiado y todos nosotros hemos cambiado también.
… No fue sólo un grupo de adultos reuniéndose para ver lecciones y bailar, sino que hubo familias, unidades sociales enteras y cada miembro familiar apoyaba a los otros, multiplicando al infinito la bondad. Había familias de hasta tres y cuatro generaciones que asistían. Hubo incluso bebés de tan sólo unas semanas de nacidos.
Se organizaron una variedad de actividades para los niños: un circo, juegos, canciones, bailes, salones de descanso y siesta así como salones de juegos para cada edad. Los niños constantemente estaban cuidados y protegidos. Por ejemplo, durante las canciones y los bailes de los asistentes, a los niños se les mantuvo en un área segura en donde ellos también tenían un espacio para bailar al lado de los maestros. Los niños mayores cargaban a los pequeños en sus hombros. Donde quiera que uno mirara, había hombres y mujeres trabajando, asegurándose que los niños no se extraviaran, se quemaran o se hirieran daño.
La comida estuvo deliciosa y fue abundante. Entre comidas hubo puestos en todas partes donde se expendían bebidas calientes, limonadas y dulces y todo esto estuvo disponible las 24 horas del día. Cualquier actividad concluía con canciones y bailes que eran tan entusiastas que uno no podía permanecer sentado aunque hubiera querido. Hubo tanta energía y amor desde temprano en la mañana hasta la noche que fue imposible sentirse cansado.
Antes y después del congreso, la gente partió en excursiones a sitios cabalistas, donde visitaron lugares que los dejaron sin aliento, disfrutaron de un clima maravilloso y aire fresco al igual que la compañía de miles de personas tan queridas para ellos (hubo docenas de camiones).
Mi comentario: ¡Mi deseo para todos es que el mundo ahora se empiece a desarrollar por medio de la Luz y la alegría en lugar del sufrimiento!