Si tú trabajas en las tinieblas, sin sentir ningún sabor por recibir alguna recompensa, tienes que entender que esto es muy bueno para avanzar hacia el otorgamiento. Es todavía mejor si no deseas estar en ningún otro estado. Tu esfuerzo es la recompensa, siempre y cuando ames al Uno que crea todas estas circunstancias para ti.
Te dan la posibilidad de hacer estos esfuerzos, aunque no puedas saborear la recompensa que resulte de tu trabajo. Pues de esta manera no tienes como dar vida a tu egoísmo, a tu “inclinación mala”, a tu arrogancia, consciencia, intelecto y sensaciones. Precisamente estas condiciones son la oportunidad más grande para que acumules toda tu energía y generes el gran impulso, el esfuerzo que te hará avanzar hacia el otorgamiento.
La recompensa a tu esfuerzo es tu oportunidad de tocar la santidad desde la oscuridad. Entonces, es evidente que no estás siendo sobornado por tu deseo de disfrutar. Por eso hay que alegrarse cuando te sitúan en un estado en el que no sientes placer, porque así es como creces.
Y para esto es necesario el apoyo del grupo y la inspiración general de toda la sociedad cabalística mundial. Este apoyo mutuo realmente ayuda.
Precisamente en esos momentos en que no recibes ayuda del Creador o de ti mismo (que también proviene del Creador), empiezas a anhelar el apoyo del grupo. Y efectivamente, éste provee el sostén más efectivo y fiable, dirigiéndote hacia la meta.
Allí es donde encontrarás el punto para aplicar los esfuerzos correctos, así como la oportunidad de la plegaria colectiva.
(Extracto de la lección sobre El Libro del Zóhar correspondiente al 20 de diciembre 2009).
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