¡Queridas mujeres!
¡Ustedes son una parte muy importante de la humanidad! Fue con la conexión entre hombre y mujer que se descubrió al Creador. Todos sabemos que no hubiéramos caído del Jardín del Edén a la vida temporal en la tierra, si no hubiera sido por la mujer. Ahora gracias a que estamos aquí, podemos ascender de nuevo al Jardín del Edén, pero a un nivel mucho más alto que aquel del cual caímos.
La sabiduría de la Cabalá nos habla de lo que alcanzamos cuando ascendemos al Jardín del Edén después del pecado del ‘Árbol del conocimiento’, el cual fue cometido por la mujer. Todo se cumple de acuerdo al guión predeterminado: ascendemos 125 niveles más alto que el nivel en el que estuvimos en el pasado.
Por lo tanto, primero debemos agradecer a la mujer por habernos traído a la tierra para que pudiéramos adquirir un mayor nivel espiritual. En segundo lugar, cuando Abraham descubrió al Creador por primera vez, se le dijo: “Escucha lo que te dice Sarah”. Además tenemos tres matriarcas: Raquel, Rebeca y Lea que fueron grandes profetisas.
A través de la historia desde la destrucción del Segundo Templo hasta nuestros días, las mujeres fueron la base que sostiene, alimenta y sustenta al pueblo. La Torá dice: ‘la mujer es un hogar’, así ella es cimiento y base del pueblo.
Hoy, la mujer está por delante del hombre en su anhelo por la meta de la creación, la sabiduría de la Cabalá y el logro del Creador y para llevar a la nación al alcance superior, están dispuestas a todo de forma heroica y con gran dedicación.
Por lo tanto, gracias por su tremendo y valioso aporte en el desarrollo de la humanidad y de la sabiduría de la Cabalá, ese aporte no puede, siquiera ser medido. Gracias por prepararnos para el ascenso espiritual. Es un regalo especial que nos dan cada día, a los hombres y a la humanidad. Debemos estar constantemente agradecidos por eso, no sólo el 8 de marzo, el día de la mujer.
¡Buena suerte, buena salud y un elevado alcance espiritual para todos nosotros!
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