Está escrito: “Sirve al Creador con alegría”. Si no hay alegría, es señal de que no estamos en espiritualidad. Es imposible otorgar sin alegría. Está escrito en El Libro del Zóhar que la “Shejiná está sólo en el estado perfecto: no en el estado de carencia, no en el lugar de deficiencia, no en el lugar del dolor, sino en el lugar correcto, en el lugar de alegría”. En realidad, existe iluminación por la presencia del Creador en el lugar corregido y esto trae alegría al hombre.
Con esta señal, siempre puede determinarse si la persona está en la espiritualidad o no. Al inicio del estudio y por mucho tiempo el individuo no siente las correcciones que tienen lugar en sí mismo o las percibe de forma opuesta; por lo tanto, podría sentirse disuadido, irritado o en desacuerdo con los cambios en su interior.
Aquí la alegría es un momento muy importante. Si una persona se siente sin alegría, sus deseos no corresponden con los del Creador. Son opuestos a Él. Cuando el deseo es corregido, la alegría le es revelada. Mientras más fuerte y profunda es la alegría, más grande es la Luz superior, la presencia del Creador, la Shejiná que le es revelada.
Si la fuerza superior está dispuesta a ser revelada a una persona, entonces la alegría aparece primero y después el Creador. La alegría es iluminación desde arriba, un poder especial de la Luz, que se manifiesta en respuesta a una plegaria, una petición al Creador desde abajo.
Cuando nos dirigimos al Creador con preguntas y peticiones, cuando queremos contactar con Él, como respuesta recibimos la Luz superior que corrige nuestros deseos y los satisface.
La Luz antes que nada trae alegría y después otras revelaciones. Por lo tanto, la Shejiná (presencia del Creador) es revelada sólo en alegría, la cual se manifiesta primero.
Si quiero lograr otorgamiento, siempre debo estar en alegría. Si no es así, necesito revisarme: ¿dónde más en mí existe egoísmo no corregido que no me permite revelar al Creador? No sabemos si nos acercamos a la revelación del Creador, por lo tanto, los cabalistas nos dan el criterio para hacernos una prueba a nosotros mismos: ¿Me estoy acercando a la alegría o al contrario, me estoy alejando de ella cada día?
De ese momento hasta un grado mayor o menor de alegría, puedes juzgar a qué grado te acercas a la revelación de la fuerza superior o te alejas de ella. Después de todo, la alegría es una consecuencia de las buenas obras, es decir, de las correcciones.
En cada estado es necesario permanecer en la alegría porque “no hay nada más que el Creador”- todo viene de Él. Nadie puede, secretamente, hacer algo malo del Creador hacia nosotros. Esto no sucede, todo viene de arriba. El Creador está detrás de cada persona y nos afecta en este teatro. Si no tengo intención egoísta de recibir, siempre estaré en alegría. No me importa lo que el Creador me da: lo principal es que Él, continuamente cuida de mí. No evalúo lo que es más placentero y me da más ganancia en mi egoísmo, por lo tanto, acepto todo con alegría.
Con esta señal, puedes revisarte a ti mismo: si, en nuestro grupo, vamos hacia la corrección y revelación del Creador, si damos ejemplo a nuestros amigos de siempre estar en alegría para acercarnos a la revelación de la fuerza superior.1
La alegría es consecuencia de lo que otorgo a mis amigos, al Creador, a la humanidad. Alegría es el resultado del otorgamiento, porque al otorgar me vuelvo similar al Creador. A causa de mis acciones, recibo iluminación, la cual es llamada alegría.
La alegría espiritual viene de que a través de mis acciones ayudo al Creador a dar placer a toda la creación. La alegría es consecuencia de que yo, con ayuda del Creador, doy gozo a toda la creación y por lo tanto le otorgo placer a Él.2
De la lección 5 del Congreso America Latina 2019 18/may/19 “Construyendo la sociedad futura”, día 2, «Servir al Señor con alegría»
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