Comentario:
Usted dice que los milagros no existen, pero algunas cosas se perciben como milagros a nuestro nivel de comprensión.
Mi Respuesta:
Por supuesto, lo entiendo. Si le doy un juguete musical a un niño y de repente el juguete empieza a sonar, para él es un milagro, de repente una cajita empieza a sonar, para él es como si le hubiera caído algo del cielo.
Pregunta
¿Por qué usted oculta entonces esa información?
Respuesta:
¡No es información! La información es algo que recibes y comprendes como conocimiento adicional.
Debes saber que no hay milagros en el mundo. Hay cosas que se revelan a una persona no preparada y parecen milagros porque no ve la causa y el efecto de ese fenómeno.
Supongamos que a las 11 de la mañana el quemador de gas de tu cocina se enciende solo y no hay nadie más, lo percibirás como algo especial hasta que descubras que tus amigos te están gastando una broma.
Ciertamente hay aparentes coincidencias y casualidades, pero todo es falta de información. ¿Y por qué deberíamos conocerla si no podemos gestionarla?
¿Se alegraron Wolf Messing o Vanga porque sabían algo de antemano? Ese conocimiento del futuro hay que pagarlo muy caro porque no se tiene derecho a él.
Aún no has alcanzado su nivel. Si empiezas a recibirlo según tus deseos, involuntariamente intentarás utilizarlo para ti. Esto te alejará de la meta y, por lo tanto, sufrirás aún más. Es una cadena cerrada. No podemos y no debemos entrar en ella.
Por el contrario, cuanto más te adentres en la espiritualidad, más cerrarás los ojos y avanzarás, como se suele decir, por la fe por encima del conocimiento, es decir, otorgando a pesar del egoísmo.
Si queremos conectarnos: Los milagros son el resultado de nuestra presión interior en el anhelo de acercarnos