Recibí una pregunta: Querido Rav, Cuando cumplí treinta años dejé de sentir. Mi vida se volvió gris, inútil y vacía. Pensé que así debía sentirse la vejez y lo acepté. Pasaron los años y un día «accidentalmente» miré un programa en donde usted hablaba sobre la Cabalá. Me llegó, así que visité su sitio en la red y pasé tres años estudiando el material por mi cuenta. Pero hace un año me sentí tan «agitado» que no podía estar ya solo, así es que empecé a buscar a otras personas interesadas en la Cabalá. ¡Y empezó a rodar la bola! En el transcurso del año pasado formamos un grupo, rentamos un local, fuimos a un congreso y asistimos a una feria del libro que atrajo más personas a la Cabalá. Ahora cuando los hombres y las mujeres llegan a nuestro centro para la lección dominical me siento responsable de que todo funcione a la perfección. Y todo esto ha ocurrido en tan sólo un año.
Parece que el tiempo ha transcurrido a gran velocidad. Me han ocurrido más cosas durante este único año que en mi vida entera. Mis estados cambian tan rápido que no tengo tiempo de pensar sobre los acontecimientos. Mi pregunta es: ¿Estoy atravesando mi reencarnación más rápido o estoy sintiendo esta reencarnación con mayor fuerza, o estoy recuperando el tiempo perdido por las cosas que debería haber hecho y no hice?
Mi respuesta: No hay un camino «rápido», no hay un límite de velocidad y no hay multas por exceso de velocidad. Sin embargo, debe usted verificar:
1. ¿Cuál es su Meta? ¿Es alcanzar el otorgamiento absoluto al conectarse en un todo con sus amigos por medio de la garantía mutua?
2. ¿Esta es la Meta por la que usted corre? Gradualmente tiene que alcanzar el atributo de otorgamiento, que es opuesto a su estado actual.
3. ¿De dónde saca usted la fuerza para avanzar? Si la saca de usted mismo, entonces lo está empujando su egoísmo natural y no lo está empujando hacia la Meta. Sin embargo, si está recibiendo su energía del grupo, entonces sí está avanzando hacia la Meta correcta.
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