La vida es un juego. Es así en todas partes y siempre. Está determinado por la naturaleza en todos los niveles. Para crecer, cambiar, construirnos dialécticamente y desarrollarnos constantemente, ¡se debe estar en el juego!
Toda brizna de hierba juega para crecer. Ve a los perritos, a los gatitos, a cualquiera, todos está en el juego. La gente juega siempre, pero no lo siente. El hombre trabaja, va al ejército, lucha y muere, todo es un juego.
Si imagino el pasado, el presente y el futuro y me conecto a ellos, es un juego. Es decir, el juego es la representación del estado futuro y el movimiento hacia su consumación.
El hombre siempre representa el futuro, no importa en cuál sea. Si se detiene, señala su muerte. Así lo organiza la naturaleza.
Pregunta: ¿Le complace al Creador que el hombre acepte este juego?
Respuesta: Cuando el hombre acepta este juego, obliga al Creador a jugar y se convierte en Su socio. Y se le llama «Adam«, del hebreo domé, similar al Creador, porque resuelve todo el juego.
Exactamente está la elección del libre albedrío y la elección del camino. O bien, el hombre no quiere participar o por el contrario, participa para lograr un objetivo más alto. Entiende que sólo necesita ese juego para elevarse al siguiente grado.
El juego es un sistema de desarrollo para todas las partes de la naturaleza en todos los niveles.
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De Kabtv «La última generación» 30/may/18
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