Pregunta: Está escrito en la Torá, que debemos dar la décima parte de todo lo que recibimos. ¿Qué significa?
Respuesta: El hecho es que la parte superior del sistema espiritual, Keter (corona), llega directamente del Creador. La influencia del Creador se esparce a través de los nueve grados y alcanza al último grado, el décimo, Maljut, el cual quiere recibir todas las acciones del Creador en sí mismo.
A pesar del hecho de que Maljut recibe del Creador todo lo hermoso, bueno, amable y eterno, esto lo separa de Él en cualidades, dado que Él es el dador y este es el receptor. Por lo tanto, si Maljut quiere alcanzar al Creador, acercarse a Él, no solo receptora y distante, sino acercarse y otorgar, hace una restricción en su deseo de recibir y comienza a actuar: como el Creador es para él, así él es para el Creador. Esta es la corrección de su naturaleza.
Al realizar la restricción en la última fase, se lleva a cabo la acción opuesta, es decir, recibe con el fin de otorgar. Continúa recibiendo en las previas nueve Sefirot, pero no en Maljut y se llevan a cabo estas recepciones con el fin de estar conectado con el Creador, para otorgarle a Él.
Esto es lo que estudia la sabiduría de la Cabalá: cómo podemos ser semejantes al Creador y así acercarnos a Él.
Pregunta: ¿Es por esto que en nuestro mundo se manifiesta en la forma de la ley descrita en la Torá, que la décima parte de los ingresos, de la cosecha y en general, de todo lo que uno recibe se debe dar ya sea al Templo o simplemente donarlo?
Respuesta: Sí, no puedes recibir la décima parte de lo que ganas. Esta parte no le pertenece a la persona. Pertenece al Creador.
Por consiguiente, una décima parte se da usualmente en caridad, para difundir el conocimiento sobre el Creador en el mundo y para que las personas comprendan cómo interactuar con los demás, con el Creador, cómo superar la naturaleza egoísta, etc.
Saber mas Diezmo la decima parte de los deseos