El mundo que nos rodea está en absoluta calma, todo lleno con la Luz Superior. Debemos corregir nuestros sentimientos, nuestro órgano de percepción. No hay nadie más aparte de Él. ¿Qué más quieres? Aquí está Él, delante de ti, a tu alrededor, dentro de ti.
Quita tu «yo», empieza a sentir qué tipo de mundo nos rodea en la forma de Luz Circundante (Ohr Makif), y qué clase de mundo está dentro de nosotros, en la forma de Luz Interior (Ohr Pnimi). Basta con retirar el tabique que divide, y todo estará bien.
La separación es cancelada por la restricción y luego por la pantalla. Al principio, el egoísmo es anulado, y la Luz pasa a través de ti libremente. Este estado se llama «Ibur» (concepción), el estado de estar en el interior de la vasija de la madre, cuando están completamente rodeados y existen dentro de la madre naturaleza, el Creador.
Y entonces comienzas a crecer como un embrión en el interior de tu madre, naces, y continúas desarrollándote. Cuando comienzas a convertir el egoísmo en otorgamiento, en semejanza con el Creador, entonces algo que existe independientemente, a semejanza de la Luz, sale de ti. No obstruyes la Luz que pasa a través de ti, la amplificas.
Sólo a partir del ajuste inicial de «No hay nadie más aparte de Él» comenzamos a sintonizar el hecho de que el mundo está lleno de bien absoluto. Si no siento esto en el corazón, en los deseos, y no entiendo esto plenamente en la mente, no estoy corregido. Entonces, puedo saber que tan no corregido estoy.
Estos son estados intermedios típicos y requieren un mayor desarrollo. Esto se lleva a cabo en el grupo. Cuando hago un esfuerzo y explícitamente voy a establecer relaciones armoniosas con los amigos, ¡entonces veré de inmediato cuánto no quiero eso! Mi egoísmo se manifiesta al instante, empujándome lejos de los amigos. Esto se produce naturalmente. Y revelo que soy un pecador, y uno serio. Entonces, tengo la oportunidad de ir más allá y pedir la corrección. Esta es la siguiente piedra en el camino y el siguiente punto de referencia.
El primer punto de referencia es «No hay nadie más aparte de Él».
El segundo punto de referencia es ver que todo es absolutamente bueno a través de este enfoque, como a través de un telescopio.
El tercer punto de referencia es el grupo, a través del cual debo ver todo con el fin de llegar a un entendimiento claro de si soy un pecador o un justo.
No hay estados intermedios. Debemos evitarlos. Se trata de una demora que no nos lleva a ninguna parte ¡Sólo perdemos tiempo!
(76111 De la Convención de Vilna 25 de marzo del 2012 , Lección 5)
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