En ese momento, el gran sacerdote Mijael, toma el Ruaj y lo ofrece como una ofrenda de olor dulce ante el Creador, ZA. Se asienta allí en ZA de Atzilut y se refina en ese haz de vida, en el que está escrito: «Ni el ojo ha visto a un Dios fuera de ti».
Luego, vuelve de allí al Jardín del Edén en la tierra y se refina con todo tipo de refinamientos, se viste de esa ropa del aire del Jardín del Edén una vez más y se sienta allí ahora con una corona que es el doble de grande, de lo que era antes de su ascenso a ZON de Atzilut. (Zohar para todos, Lej Leja, ítem 102)
El ascenso lo hace una fuerza especial que actúa de la misma forma en que, por ejemplo, un imán, el viento o la fuerza de gravedad actúan en nuestro mundo.
Así como hay cuatro grados en el mundo corporal: inanimado, vegetal, animal y humano, así en los mundos espirituales de Assiya, Yetzira, Beria y Atzilut hay cuatro fuerzas diferentes que llevan a cabo el ascenso.
Estas fuerzas se llaman ángeles; Mijael, Gabriel, Uriel y Rafael y elevan al hombre a los grados de los mundos espirituales. En principio, cada mundo tiene su propia fuerza. Pero, todos trabajan juntos en cada uno de los mundos, a pesar de que uno de ellos es el líder allí.
La primera fuerza que eleva al hombre al mundo superior es Mijael, «Mi-kaEl» – «Quien es como el Creador».
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De Kabtv «El poder de El libro del Zóhar» #18
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