Antes de leer El Libro del Zóhar, nos tenemos que sintonizar para que nos beneficie esta lectura. El Zóhar habla sobre la corrección del alma, es decir, sobre la corrección de la conexión entre nosotros y por eso, mientras lo leemos, debemos tratar que los estados corregidos que se describen en él, se hagan una realidad en nosotros. Esto indica que queremos revelar aquello de lo que habla El Zóhar.
La revelación no es entender con la mente. ¿Cómo puedo entender en absoluto lo que nunca he visto? Se puede ver solo bajo la condición de que nuevos modos de sensación se construyan en mi. La visión es una sensación en nuestros deseos, nuestras vasijas de percepción; y la sensación puede surgir solo de acuerdo con mi estado interno especial que corresponde a lo que está descrito en El Zóhar.
Esto se puede lograr únicamente si asciendo al nivel del otorgante, como lo requiere El Zóhar. ¿Cómo se puede realizar? Si me conecto con el entorno, puedo expresar la medida de mi otorgamiento en relación con él.
Por lo tanto, aún antes de que abrimos El Libro del Zóhar, debemos esforzarnos por conectar juntos en tal estado, a ese nivel y con tal fuerza que sea adecuada para la revelación del Zóhar en la conexión entre nosotros.
En la medida en que todos se anulen a sí mismos y nos unamos juntos en otorgamiento y garantía, a este nivel, podemos llegar a un estado en el que ya sentimos lo que habla El Zóhar, al menos en un mínimo grado; y todo esto depende solo de la fuerza de la unidad entre nosotros, que debe estar a la altura del primer grado espiritual. Entonces sentiremos lo que está diciendo El Zóhar.
Baal HaSulam menciona esto en la Introducción al Estudio de las Diez Sefirot, “A través del anhelo y el gran deseo de entender lo que están aprendiendo, despiertan sobre ellos mismos las luces que rodean sus almas”. De hecho, todo nuestro trabajo es esforzarnos por estar en este estado, por sentirlo. Por lo que todo lo que se nos pide es un deseo de sentir la necesidad de la revelación.
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