Si queremos estar sanos

El coronavirus nos separa y dice: «Si quieres estar sano, no puedes estar en contacto otros. No te acerques más de dos metros, mantén la distancia».

Muchos trabajos no podrán continuar y la sociedad humana no podrá funcionar normalmente: país, familia y mundo ¿qué hacer?

Pueden acercarse a otros, sólo si desean el bien para ellos. Si me acerco sin intención de usarlo, sino para ayudarlo, empezaré a ver que así el virus no es contagioso, no nos separa, por el contrario, nos permite conectarnos. Sólo cuando nos acercamos impulsados ​​por interés propio, el virus nos infecta y nos enferma.

La contradicción es que, desde el punto de vista de la naturaleza, todos estamos conectados, pero nuestra naturaleza interna, rechaza esa dependencia mutua, reconoce sólo la conexión egoísta. Si queremos unirnos en beneficio común, para que todos estemos contentos, el virus no nos obstruirá. Por el contrario, será útil y fortalecerá nuestra conexión.

Sin embargo, no esperes que el coronavirus nos permita acercarnos ni encontrar una vacuna, si no cambiamos. Pues, si volvemos a la vieja forma, ¿para qué apareció?

El virus nos dejará sólo si cambiamos nuestra actitud hacia la naturaleza. Muestra que los egoístas, como nosotros, no deberían acercarnos y nos envía a casa en cuarentena. Nos da oportunidad de familiarizarnos con una nueva realidad.

El coronavirus dice: “¿Crees que deberías tener más y más negocios? ¡Incorrecto! Deja de devastar el mundo, deja de envenenar el aire y el agua. Debes construir una nueva vida de una forma nueva».

En la naturaleza, hay una fórmula de equilibrio entre todas sus partes. Podemos verlo en todas sus leyes: físicas, químicas, biológicas, zoológicas. Todas las leyes son con base en el equilibrio de fuerzas positivas y negativas, más y menos, bien y mal, otorgamiento y recepción.

Por eso, no podremos hacer nada contra el coronavirus. Cruzamos la línea roja al romper el equilibrio de la naturaleza, contaminamos océanos y atmósfera. Todo lo que el hombre toca con sus manos sucias, lo ensucia. Debemos corregir nuestra actitud hacia la naturaleza y hacia los demás.

No creo que haya una solución rápida. Lo más probable es que el coronavirus se quede con nosotros por muchos meses. Hay varias formas de resistir el virus: la cuarentena general, como se hace en la mayoría de los países o seguir la vida como de costumbre y esperar que la epidemia termine por sí sola, como decidieron hacerlo en Suecia.

Sin embargo, el único método efectivo es cambiar la naturaleza del hombre, nuestra actitud hacia la naturaleza, hacia el mundo inanimado, vegetal y animal y especialmente en las relaciones entre la gente.

La humanidad debe existir como parte integral de toda la realidad, es decir, actuar en su beneficio, en lugar de destruir nuestra pobre Tierra. Todos tendremos que aprender a tratar a la naturaleza como un organismo vivo y mantener el equilibrio con fórmulas claras.

El objetivo del coronavirus es cambiar la naturaleza humana. Los humanos son el único elemento de la naturaleza que la perjudica. Sólo nosotros estamos en desequilibrio con ella.

El hombre tiene libre albedrío y no lo controlan sus instintos naturales, como la materia inanimada, las plantas y los animales. Por eso debemos tomar control de nosotros y aún no se hace en ningún país. Por eso, el virus aún no va de ninguna parte.

¿Qué debemos hacer para que el virus desaparezca? Es muy simple. La naturaleza es un sistema integral y todas sus partes están conectadas y se apoyan entre sí. La humanidad también debe ser parte de ese sistema que apoya, une, equilibra y promueve una integración aún mayor de todos los elementos de la naturaleza. Esta es nuestra responsabilidad como seres humanos.

Tenemos un gran poder y debemos tratar la naturaleza con cuidado, como una madre, como un sistema integral y perfecto. Si lo hacemos conscientemente y con comprensión, viviremos felices. Si no, vendrán nuevos virus, uno tras otro, hasta que nos borren de la faz de la tierra.
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De Kabtv «Perspectiva global» 10/abr/20

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