Hemos recorrido una larga cadena de ciclos de vida, mucho más arduos del que vivimos hoy en día. En comparación con los sufrimientos que hemos soportado, el ciclo actual es un agradable paseo por este mundo.
Pero en esta ocasión, nuestra presencia en este mundo es especial. Después de miles de años de desarrollo egoísta, se nos llama a despertar para salir de este mundo hacia el Mundo Superior y avanzar espiritualmente.
En cada persona existe el germen de la sensación del Mundo Superior, el punto en el corazón, que sin descanso atrae a la persona y la empuja.
Este punto despierta en circunstancias tales, que es difícil de creer. ¿Cómo ha podido suceder todo esto?
El hecho es que nos encontramos en un círculo espiritual: en el Creador. La materia no existe, este mundo tampoco, sólo existe un espacio espiritual que contiene todas las almas. Están en un estado inconsciente, como durmiendo.
En algunas de ellas surge el deseo de despertar, de revelar el verdadero estado. Sin embargo, como la espiritualidad es perfecta, nuestro deseo por alcanzarla también debe ser perfecto, es decir, que nosotros debemos desear sólo esto.
Por esta razón, no hay que escuchar ningún tipo de argumentos en contra del desarrollo espiritual. Si el alma ha despertado, la persona sólo debe escucharla a ella y a nadie más. Después de todo, el Creador mismo es quien le ha dado la posibilidad de acercarse a Él, y debe alcanzarlo como sea.
Desde luego, la persona debe proporcionar a su familia todo lo necesario, respetar a sus padres y ayudarles en su vejez, pero nadie tiene derecho a dictarle lo que tiene que hacer con su propia alma.
Después de todo, mis padres, mi familia y todos los demás me acompañan únicamente en este mundo. Pero, yo existo para alcanzar mi entrada al mundo eterno y perfecto.
Lo contrario también es correcto: no debo forzar a nadie en el mundo a buscar la revelación del Mundo Superior.
Pero si mi entorno me quiere forzar a abandonar el desarrollo de mi alma, yo debo tomar la decisión: rechazar mi alma por ellos, o rechazarlos a ellos por mi alma. Debo tomar esa decisión si el Creador me ha dado la posibilidad de hallar el mundo Superior.
(Extracto de la conferencia de introducción en el congreso de Búfalo, Nueva York el 16 de octubre 2009)
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