Todos los mundos: Atzilut, Beriá, Yetzirá, Assiyá, e incluso nuestro mundo, tienen la misma estructura, como huellas de unos en otros. Nosotros simplemente no lo vemos en nuestro mundo.
A partir de la ruptura de los mundos y la mezcla de Bina y Maljut, el Partzuf SAG sirve como un sello, como una matriz que imprime su forma de Bina conectada con Maljut en todo el material, en todos los niveles: Atzilut, Beriá, Yetzirá, Assiyá, y nuestro mundo.
La raíz de todos los mundos está por encima en la cabeza del mundo de Atzilut, porque el propio SAG pertenece a la primera restricción (Tzimtzum Alef), y su influencia no llega directamente a los mundos de la segunda restricción (Tzimtzum Bet), sino sólo a través de las Se’arot (angostos canales de filamentos).
Estos hilos descienden por todo el camino como proyecciones hasta nuestro mundo desde la cabeza del mundo de Atzilut, repitiendo una y otra vez la misma estructura que los pone en el mismo eje, como en una brocheta. Es por ello que todas las Luces se expanden como rayos paralelos desde arriba hacia abajo.
¡Sin embargo, esto sólo se refiere a la estructura de los mundos y no a su comportamiento! Las reglas de comportamiento en todos los mundos corresponden a su grado, y, por esta razón, difieren. El mundo de Atzilut es todo en aras del otorgamiento, y los mundos más bajos, Beriá, Yetzirá, Assiyá, y nuestro mundo, todos operan de acuerdo a su nivel.
(28325 – De la 3° parte de la lección diaria de Cabalá del 1 de Diciembre del 2010, Escritos de Baal HaSulam)