Construir nuevos órganos de percepción para revelar el mundo espiritual es construir conexiones, dentro de las cuales podamos revelar al Creador y por lo tanto, otorgarle placer. Esta nueva percepción se llama «fe por encima de la razón», el grado de Biná, otorgamiento, intención altruista.
Para prepararnos para tal corrección, el Creador, gradualmente nos esconde los mundos espirituales, bajándonos al nivel de este mundo, donde el ser creado puede existir y divide el alma común en muchas partes. Al comienzo de la corrección, debemos establecer conexiones en el nivel material, es decir, egoístas, dentro de la razón. Luego, es necesario elevarse por encima para que nuestra conexión no sea egoísta y surja, no del deseo de recibir placer, sino de la naturaleza del otorgamiento.
Simultáneamente, no destruimos nuestro deseo de disfrutar, sino que por el contrario, lo usamos siempre como ejemplo llamado «la línea izquierda» y construimos el deseo opuesto por encima, la línea derecha, el deseo de otorgar.
Resulta que es imposible elevarse al grado de amor y otorgamiento, hasta que se revelen el odio, el rechazo, la división y el egoísmo en todas sus formas. Por encima, construimos la línea derecha: unidad, amor, conexión y entendimiento mutuo, como está escrito: «El amor cubre todas las transgresiones«. Si no hay transgresiones, no hay amor. Debe haber ambos, uno tras otro, un paso a la izquierda y un paso a la derecha.
Primero, debemos revelar una deficiencia en el lado izquierdo y a partir de esa deficiencia, entenderemos cuál debería ser su opuesto, ya que no hay Luz, excepto la que emerge de la oscuridad y podemos construir la línea derecha, la conexión correcta.
Actualmente no sabemos cuál es la conexión correcta. No tiene requisitos previos. Por lo tanto, sólo necesitamos seguir los consejos de los cabalistas, porque sólo de esta manera podemos establecer nuevas conexiones que se considerarán espirituales. En esas conexiones especiales, descubriremos el poder de otorgamiento y de amor llamado «el Creador».
Este es el trabajo del hombre. Todo nuestro estudio es una preparación para la realización práctica, para construir conexiones en un nivel diferente, de acuerdo con una naturaleza diferente, la de otorgamiento, en la que no hay una gota del deseo egoísta que nos gobierna hoy.
Actualmente no sabemos qué es el deseo de otorgar. No importa cuántas veces tratemos, no exprimiremos nada más que nuestro egoísmo. Sin embargo, en esencia, todo es muy simple: sólo tenemos que asemejar nuestro deseo, al deseo del Creador. Si intentamos incorporar el deseo de nuestro prójimo y colocarlo por encima de nuestro egoísmo, haciéndolo más fuerte y más importante que nuestro propio deseo, a pesar de que sea contrario a nuestro interés personal, podemos aprender a reemplazar una naturaleza por otra. Así es como podremos entender lo que significa superarnos a nosotros mismos e ir más allá de nuestra opinión, nuestros sentimientos y nuestra mente.
Mis propios sentimientos y mente permanecen, pero además adquiero el corazón y la mente de mis amigos, del grupo. Sigo a mis amigos con los ojos cerrados porque no puedo verificar ni comparar sus deseos con los míos. Sólo tienes que darle tu «última camisa» a tu amigo, es decir, su deseo debe determinar todas tus acciones.
Uso mi cuerpo como una máquina dentro de la cual opera el deseo del grupo. Así avanzaré hasta que descubra que ese es el deseo del Creador que ya está en mí, guiándome. Al realizar las acciones, comenzaré a alcanzarlo, porque es el Creador quien actúa dentro de mí. Si yo le doy a Él esta oportunidad a través de mi propia elección, revelaré Su naturaleza, Su carácter, Su programa, Su enfoque dentro de estas acciones y seré como Él. De este modo, logramos la fusión con la fuerza superior y el Creador está vestido en la creación.
Ha llegado el momento de involucrarse en este trabajo de manera más seria e intensa. Espero que ya hayamos dado el primer medio paso adelante.1
De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 4/nov/18, clase con el tema: “El trabajo dentro de la razón y el trabajo sobre la razón”
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