Ynet: “El hombre que pavimentó el camino espiritual de la nación de Israel”

De mi columna en Ynet: “El hombre que pavimentó el camino espiritual de la nación de Israel

A la edad de 35 él apareció en Safed, misterioso y majestuoso, y durante los dos y medio años antes de su súbita muerte cambió el curso de la historia y produjo un cambio tremendo. Gracias a él la sabiduría de la Cabalá fue revelada a cualquiera que deseaba estudiarla y no sólo a unos cuantos elegidos. El ARÍ, Rabí Isaac Luria Ashkenazi, el más grande cabalista de Safed falleció en el 5 de Av hace 444 años. Dejó un método de estudio y un relevante mensaje, el cual fue adaptado a nuestros tiempos por Baal HaSulam, Rav Yehuda Ashlag.

Dr. Michael Laitman

“Si hubiera encontrado un justo entre ustedes, no hubiera sido arrancado de este mundo antes de que llegara mi tiempo”, dijo con dolor el ARÍ a sus estudiantes unos momentos antes de fallecer.

Rav Isaac Cohen, que estaba a su lado, sollozó amargamente y dijo “¿Qué haremos ahora?” y el ARÍ respondió: “Dí a los amigos en mi nombre que de ahora en adelante no se ocuparán en el estudio que les he enseñado en absoluto, ya que no entendieron apropiadamente y sólo Rav Jaim Vital se ocupará en este de forma oculta y mediante susurrar”. Rav Isaac Cohen estaba muy molesto y preguntó “¿Hay alguna esperanza?” “Si son recompensados vendré y les enseñaré”,  el ARÍ respondió. “¡¿Cómo vendrá y nos enseñará después de fallecer?!” preguntó Isaac Cohen una vez más.

“No es de tu incumbencia indagar lo que está oculto”, ¡respondió el ARÍ y falleció a la edad de sólo 38! (Shaar HaGigulim)

El Zóhar: El mundo entero del ARÍ

El ARÍ fue el más grande cabalista en la Safed del siglo 16 y una de las figuras más centrales e importantes en la historia de la nación de Israel y la sabiduría de la Cabalá. Nació en Jerusalén en 1534. Su padre murió cuando tenía ocho y la familia se encontró con muchas dificultades como resultado. Con el fin de mejorar sus situación, su madre decidió mudarse a Egipto a vivir con su hermano. Allí vivió el ARÍ la mayor parte de su vida, y profundizó en el estudio de El Zóhar.

Tras alcanzar niveles espirituales tremendos y mediante su entendimiento especial oculto del desarrollo de la humanidad, sintió que había llegado el tiempo de revelarlo. Se mudó a Israel y se estableció en Safed. El ARÍ sabía que conocería a Rabí Jaim Vital, su leal estudiante, que más tarde escribiría sus enseñanzas y propagaría su sabiduría en el mundo.

Así en 1570, a la edad de 36 el ARÍ se mudó a Israel y se estableció en Safed, la ciudad de los cabalistas. Esto fue siglos después de la época de Rabí Shimon Bar Yojai (Rashbi) y el grupo del Zóhar, años durante los cuales la humanidad había esperado por el maestro correcto que abriría el siguiente nivel espiritual de la sabiduría de la Cabalá. La llegada del ARÍ a Israel y la publicación de El Libro del Zóhar eran señales claras de que el tiempo había llegado.

La chispa de Rashbi

Una vez que llegó a Safed, el ARÍ comenzó a estudiar con el gran cabalista de la época, Rabí Moshe Cordovero (el Ramak). Pero muy poco tiempo después los dos intercambiaron papeles, el ARÍ comenzó a enseñar al grupo de cabalistas y el Ramak aprendió de él.

Rabí Moshe Cordovero fue el primero en reconocer la grandeza del joven cabalista y como su amigo y estudiante solía decir: “Debes saber que un hombre que se sienta aquí se elevará después de mí e ilustrará a la generación con la sabiduría de la Cabalá. Si los conductos estaban obstruidos en mi tiempo, los conductos serán revelados en sus tiempos. Deben saber que él es un gran hombre, la chispa de Rashbi”.

En ese tiempo la humanidad estaba en una confusión sin precedentes: la Edad Media había terminado; el renacimiento comenzó y provocó cambios revolucionarios en la tecnología y la industria. El ego humano hizo erupción y empujó al mundo hacia una evolución acelerada y muchas tormentas. Doscientos años más tarde la humanidad estaría por pasar por feroces cambios radicales en Europa, especialmente sangrientas revoluciones y guerras civiles.

El ARÍ, que había previsto los cambios en la naturaleza humana se dio cuenta que tenía que desarrollar un camino alternativo de desarrollo espiritual que equilibrara la erupción del ego con el fin de evitar un terrible sufrimiento. Así que adaptó la sabiduría de la Cabalá y la convirtió en un método científico, práctico, académico, en lugar del método de conexión, el cual hasta entonces estaba permitido sólo a unos cuantos individuos especiales. De acuerdo a su método, si sus instrucciones eran seguidas correctamente, las personas serían capaces y las masas se ocuparían de ello. El método de corrección, el cual él desarrolló (y es estudiado aún el día de hoy) provocó un cambio sin precedentes en el desarrollo de la humanidad y cambió totalmente la historia.

La batuta es entregada a Rabí Jaim Vital

Sólo dos y medio años fueron suficientes para que el ARÍ dejara su sello significativo en la historia de la Cabalá. Al mismo tiempo nunca escribió ninguna de sus enseñanzas. Toda su teoría cabalística es conocida por nosotros sólo a partir de los escritos de sus estudiantes y el más prominente y su discípulo Rabí Jaim Vital (Harav).

Justo como Rabí Aba sirvió al lado de Rabí Shimon (Rashbi) para escribir sus enseñanzas, las cuales serían publicadas en El Libro del Zóhar, así el Harav escribió toda la sabiduría de la boca de su maestro, la cual hoy en día es conocida como la Cabalá del ARÍ.

“Primero una persona debe organizar sus plegarias y aceptar el mandamiento de ama a tu amigo como a ti mismo y afinar su corazón para amar a todos los hijos de Israel como a su propia alma, dado que mediante eso su plegaria que incluye todas las plegarias de Israel se eleva y será fructífera. Cada uno debe incluirse como un órgano de sus amigos. Si un amigo está en problemas, cada uno debe compartir su dolor, y orar por él, y así él debe compartir todas sus plegarias y sus acciones y sus palabras con su amigo, y mi maestro me advirtió grandemente con respecto al asunto de nuestro amor de amigos”. (Shaar HaKavanot)

El Harav no añadió nada a las palabras del ARÍ, y cuando no estaba seguro si había entendido a su maestro, lo decía específicamente así. Una de las principales obras del ARÍ es el libro Etz HaJaim (El árbol de la vida), el cual describe todos los sistemas de los mundos superiores y las leyes de la creación como un método científico claro, y además las Ocho Puertas, una serie de libros, que también incluye explicaciones acerca de las reencarnaciones.

Sus sucesores

“El Santo ARÍ era el Mesías Ben Yosef, y por lo tanto podía revelar esa gran sabiduría”, dijo Rabí Yehuda Ashlag. Su gran sabiduría simboliza el punto entre el final del periodo de exilio, el cual se vio caracterizado por una gran división entre el pueblo y el comienzo de la redención, caracterizado por una maravillosa unidad entre toda la humanidad. “Si pudiera decir palabras de alabanza lo alabaría cada día y digo que su sabiduría está siendo revelada cada día justo como el día en que la Torá fue entregada a Israel”.

Baal HaSulam fue el primero en el siglo 20 en llegar al nivel espiritual del ARÍ y pudo por lo tanto interpretar sus escritos para nuestra generación. Él escribió una maravillosa conexión llamada El Estudio de las Diez Sefirot y en la introducción escribió que el libro estaba destinado para cualquiera en nuestros días que desea encontrar la respuesta a la pregunta de “¿Para qué estoy viviendo?”.

Esta pregunta no ha desaparecido y está oculta en el corazón de cada persona. Justo como una terrible crisis hizo erupción en la época del ARÍ, la cual sacudió a la humanidad y estimuló a muchos para que hicieran estas preguntas, así ocurren esas crisis hoy en día: una serie de ataques terroristas en todo el mundo, el ascenso del Islam radical, el desvanecimiento de la UE, la creciente polarización entre diferentes sectores y comunidades, etc. Es en realidad mediante estudiar y leer el método especial desarrollado por el ARÍ con el comentario de Baal HaSulam, su sucesor, que podemos encontrar una respuesta al significado de la vida. Ellos inmediatamente elevan a una persona hacia la espiritualidad y le permiten sentir la unidad encima de la separación que nos gobierna y lleva hacia la destrucción global.

“Si mi pueblo me escuchara en los momentos en que el mal se hace fuerte, pasarían todo su tiempo estudiando El Libro del Zóhar y los escritos del ARÍ y así anularían todas las aflicciones y atraerían una abundancia de Luz (Notzar Jesed). Es suficiente estudiar de esos dos grandes cabalistas que han pavimentado el camino para nosotros hacia el alcance de la felicidad, la plenitud y la eternidad con el fin de construir las conexiones correctas entre nosotros para una buena vida y para subir por la escalera espiritual, la cual ellos han colocado para nosotros, una escalera que llega al cielo.
[191450]
Del artículo de Ynet 8/ago/16

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