El ocultamiento del Creador existe solo en relación a mí.
En la medida que yo avanzo espiritualmente, yo mismo empiezo a desear su ocultamiento, igual como si se tratara de un juego. Para el Creador, sin embargo, no es un juego: Él lo sabe todo puesto que todo es Él. Pero en cuanto a mi, no deseo saber nada antes de tiempo; quiero el ocultamiento, porque me da un lugar para expresarme independientemente de Su control.