¡Ven y ve a tu Creador!

Le asignamos a las Luces los nombres de las vasijas: NJY, JBT, o JaGaT. ¿Por qué no podemos sólo referirnos a las Luces con sus nombres permanentes: Nefesh, Ruaj, Neshamá, Jaya, y Yejidá? ¡El meollo del asunto es que no hay Luz fuera de la vasija! No podemos decir nada acerca de la Luz sola. La Luz es una impresión dentro de la vasija. Siento felicidad o miedo de ello, y esta felicidad no existe sin mí.

Por lo tanto, el Creador es llamado Bo-Re («ven y ve»); Él es percibido sólo dentro de la vasija (deseo). Sólo podemos hablar acerca de materia y forma vestida en materia, mientras que la forma abstracta es inalcanzable para nosotros. Por lo tanto, las vasijas (deseos) y las sensaciones en ellas son de la mayor importancia.

Más aun, la sensación depende sólo de la percepción del propio Kli (vasija). No sabemos lo que sucede en realidad; más bien, aprendemos sólo nuestra reacción a los eventos. Sin embargo, no sabemos qué fenómenos ocurren fuera de la vasija.

Algo de Luz fluye a través de mi vasija, y mi alma se estremece. Entonces una Luz diferente fluye a través de mí, y estoy desbordando de deleite. ¿Entonces cuál es la diferencia? La diferencia está sólo en la misma vasija. No se que tipo de Luz fluye, y nunca seré capaz de decir nada acerca de esta; sólo puedo hablar de mi reacción.

Mientras tanto, es la misma Luz fluyendo a través de mí todo el tiempo. ¡¿No cambia?! Eso no lo se; no puedo medir nada en Él. Sólo mido mi vasija, sus impresiones y cambios. ¿Pero qué causa que mi vasija cambie? Cambia bajo la influencia de los genes espirituales (Reshimot) y sólo ella cambia. Ni siquiera estoy seguro de cómo y debido a qué cambia.

Sin embargo, siempre hablo sólo acerca de mi vasija, y esto es muy importante ya que determina todo el principio de percibir la realidad que está dentro de nosotros en lugar de algún lugar afuera. Por lo tanto, «uno juzga de acuerdo a sus faltas,» y todas las aclaraciones ocurren en los deseos, mientras que la Luz es la sensación dentro de la vasija.

Todo nuestro trabajo ocurre sólo dentro de nuestro deseo, y nuestra sensibilidad a la Luz depende sólo de nosotros. Si elevo mi sensibilidad, asciendo a través de los grados espirituales de este mundo al Mundo del Infinito. Toda la diferencia entre los grados consiste de mi sensibilidad hacia lo que sucede. De hecho, yo estoy en el Mundo del Infinito incluso ahora, ¿entonces porqué percibo este mundo horrible en su lugar?

La única razón es mi falta de sensibilidad. Necesito unos lentes con más aumento, luego binoculares, un telescopio, y veré un mundo diferente. Toda la realidad consiste de sensaciones dentro de mí. Por lo tanto, la Cabalá es llamada una ciencia interna ya que revela sólo lo que está oculto dentro de nosotros. ¡»Ven y ve» (Bo-re) a tu Creador dentro de ti!

Todas las religiones, metodologías, y sistemas de creencia insisten en que necesitamos corregirnos con relación al mundo exterior. Pero en la ciencia de la Cabalá nos corregimos sólo a nosotros: El grupo así como el mundo entero, todo existe dentro de mí. Es inaceptable pensar de otra manera ya que el principio antes mencionado me fuerza a corregirme a mí exclusivamente. No malgastaré mi energía y tiempo cometiendo errores mientras trato de corregir al mundo y a otras personas.

Este principio actúa en relación a toda la humanidad en general así como en relación al grupo en particular. En consecuencia, gradualmente revelamos la verdad: Una persona necesita corregirse sólo a sí mismo, y mediante eso todo el mundo será corregido, desde los círculos más interiores a los más exteriores. «Un ser humano es un pequeño mundo.»

(23446 – De la tercera parte de la lección diaria de Cabalá del 13 de octubre 2010 – Talmud Eser Sefirot.)

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