Baal HaSulam, «Introducción al Libro del Zóhar», ítem 21: … porque el deseo en cualquier esencia crea necesidades, y las necesidades crean pensamientos y conceptos con el fin de obtener esas necesidades que demanda el deseo de recibir.
Y así como difieren entre sí los deseos humanos, también sus necesidades, pensamientos e ideas.
Nuestra mente le sirve al deseo. Los Reshimot (reminiscencias) que se despiertan y se elevan nos llenan con diferentes deseos, y la mente comienza a cumplir estos deseos con el fin de alcanzarlos.
Nosotros podemos creer que somos muy inteligentes y que nuestra mente abarca toda la realidad, pero si no estamos interesados en algo, si no nos inquieta, entonces nuestra mente también lo pasa por alto. Esto se debe a que ella es esclava. Si queremos algo en el nivel corporal, ésta actúa para satisfacer el deseo relacionado con comida, sexo o familia. Si se despierta un deseo por respeto, entonces ésta se atrae hacia este problema e ignora las demás necesidades. Es lo mismo cuando se trata de dominio o dinero, y en general, todas las diversas combinaciones de nuestras demandas. La persona está motivada por una combinación de diferentes deseos y la mente siempre funciona de acuerdo al espectro de los distintos deseos.
En general, nosotros realmente no tenemos una mente libre. Ésta nunca puede ser totalmente fría y objetiva, no puede separarse de las sensaciones como quisiéramos o como creemos que lo está. Ésta no es más que un siervo del deseo.
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De la 4º parte de la Lección diaria de Cabalá del 1/10/14, Escritos de Baal HaSulam